RAÚL A. RUBIO CANO
Diciembre 10 de 2018
Por fin llegan a Parque Fundidora las acciones en forma del Poder Legislativo local, en proyecto de iniciativa que ya está en comisiones e, impulsado por la diputada Claudia Tapia, de Morena, para reformar la Ley que crea el Organismo Público Descentralizado de Parque Fundidora, porque que un séquito de administradores de empresario rapaces lo han convertido en una “Mega Cantina” con todas las consecuencias que ello implica en materia ambiental, social, cultural y no se diga, económica; han utilizado al Parque para obtener un “jugoso botín” que ya se estima de 2,500 a 2,800 millones de pesos al año, según el ambientalista, Guillermo Martínez Berlanga (periódico El Horizonte 8/12/2018); un “botín”, que obviamente brota su existencia entre otras cosas, cuando Fernando Villarreal Palomo, director del Parque Fundidora, en debate en Casa Naranjos para hablar del futuro de ese Parque (está filmado), el pasado 28 de noviembre, informó que a Fundidora le caben “63 o 64 mil personas, no más”; y sin embargo, los organizadores de recientes eventos hablan de haber llevado hasta 150 mil gentes o más y, que llevarán más de 200 mil para el próximo año; o sea ¿Cómo está eso? Que una cosa diga Villarreal Palomo y se escude en auditorías sobre esas asistencias, pero, los que organizan esos conciertos aseguran tener una asistencia al doble o de llegar hasta casi cuatro veces más, como el caso de Pa’l Norte que el próximo año según ellos reunirá a unas 220 mil personas en 8 escenarios (el doble de escenarios en este año). En ese debate, se habló de 8 conciertos programados para 2019, así que un mundo de dinero registrado y no registrado, con auditorías sencillas o dobles para decir que todo está “limpio y transparente” se dan, pero: ¡Caray! si no pudieron meter al bote a Medina, ¿Qué les hace a esos auditores del Bronco, lo que hoy pasa en Fundidora? Por eso, en la nota de El Horizonte de antier, se indica que el proyecto de reforma impulsado por Claudia Tapia (artículo 21 Bis) señala que: “‘no estará permitida la realización de actividades o eventos públicos o privados que tengan como objetivo el lucro de terceras personas’. Además, se especifica que sólo se podría usar el parque para eventos de corte cultural y con ‘acceso controlado’, siempre que los ingresos sean íntegros para ‘conservación del patrimonio del parque’. Así, se pondría fin a un ‘jugoso’ negocio que a la fecha genera ganancias millonarias a particulares y al gobierno del estado, sin que estos recursos se utilicen para cuidar o mejorar Fundidora. Claudia Tapia explicó que la intención es dejar de dañar las áreas verdes del único pulmón del centro regio, además de evitar que este esquema de negocio se replique en otros parques estatales”. Por ello, la carta que dirige Artemio Garza, presidente ejecutivo de Parque Fundidora al diputado Marco González, presidente del Congreso Local, y que circula en redes sociales, es una vil patraña en defensa de esos empresarios que temen perder esa “mina” que es Parque Fundidora ¡Órale! raurubio@gmail.com
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