Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Octubre 5 del 2015
En la Universidad Nacional Autónoma de México se está viviendo un cambio que se espera sea trascendente; en efecto, la Junta de Gobierno de la UNAM está a punto de elegir a quien será el sucesor del distinguido saltillense José Narro, el que por 8 años estuvo al frente de una de las mejores universidades del País.
La Junta de Gobierno de la UNAM conformada por 15 notables tendrá que nombrar al rector antes del 17 de noviembre y existe la expectativa de que sea a más tardar la próxima semana.
La UNAM cuenta con 342,542 estudiantes, 112,576 de bachillerato y 38,793 académicos, 11,984 de tiempo completo, su presupuesto este año alcanzó los 37,755 millones de pesos, lo que corresponde a 110,220 pesos por estudiante, para ellos la educación es prácticamente gratuita, como lo establece nuestra Constitución, lo cual no ocurre en el resto de las universidades públicas del País; la UNAM concentra el 5 por ciento de todo el estudiantado de nivel superior en México, aglutina a la cuarta parte de las patentes mexicanas y que por su cantidad de alumnos es una de las más grandes del mundo.
Sostengo que en la UNAM el cambio en rectoría es trascendente porque durante más de un mes se ha vivido un intenso debate sobre su autonomía y democratización interna. Académicos, estudiantes, trabajadores y el sindicato universitario han lanzado la advertencia de que se oponen a que el próximo rector sea impuesto por el gobierno de Enrique Peña Nieto y exigen transparencia en el proceso de la designación, esto se debe a que al menos 2 candidatos a la rectoría son vistos cercanos al gobierno de Peña.
El grupo, “Democracia UNAM” convocó a la comunidad universitaria a participar activamente para defender la autonomía y exhortaron a los aspirantes a presentar y debatir públicamente sus planes de trabajo, así como a dialogar directamente con los estudiantes en las escuelas y facultades sobre su visión de la institución.
El activismo estudiantil se ha dejado sentir mediante la realización de consultas entre la comunidad universitaria sobre el proceso de designación y han recopilado propuestas de democratización interna.
Ante la efervescencia de los universitarios la Junta de Gobierno ha tomado algunas decisiones inéditas, como reducir las candidaturas de los aspirantes de 16 a 10, hacer públicas sus propuestas de planes de trabajo y abrir la Radio y TVUNAM para que los candidatos los expongan, sin embargo, los críticos del proceso insisten en que esas medidas son insuficientes para alejar a la UNAM de prácticas medievales de sucesión, las que contradicen al espíritu de transparencia y rendición de cuentas que la institución ha impulsado en el país, por lo que la universidad debe abrirse a la observación de su comunidad y del País, cabe destacar que entre los 10 finalistas hay 2 académicas, Suemi Rodríguez Romo y Rosaura Ruiz Gutiérrez, sería una gran sorpresa que una mujer resultara rectora.
En el último comunicado de la Junta de Gobierno, emitido el 31 de octubre pasado, se informa que hasta esa fecha se habían manifestado más de 66,000 integrantes de la comunidad universitaria.
Las voces críticas de la UNAM manifiestan que durante la administración de José Narro se avanzó como nunca en señalar las problemáticas de este País
Qué daría la Universidad Autónoma de Coahuila por vivir un proceso democrático y transparente como el que se está presentando en la UNAM gracias a la exigencia de su comunidad, en cambio la UA de C el gran elector es del gobernador en turno y los académicos y estudiantes en su mayoría son un conglomerado silencioso abatido y paralizado por la represión y el miedo, en cambio la UAAAN se cuece aparte, es más democrática.
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