“…el proceso de enloquecer es aburrido por la sencilla razón de que nadie es consciente de que sucede… Si alguien pudiese ser consciente de su locura, dejaría de estar loco… Pero cuando vemos una excentricidad encajada con mansedumbre, el estado ha enloquecido”.
G.K.Chesterton
El funcionario loco
Juan Monrreal López
Mayo 5 del 2008
Mayo 5 del 2008
Cuando Ismael Hernández Deras arrebató la candidatura a Carlos Herrera el 14 de diciembre de 2003 en la Convención príista, - por cierto, donde arrancó votos de último momento a un costo de millones de pesos que lo hicieron candidato oficial -, la rancia clase política duranguense lo festinó, “por haber derrotado a un personaje con gruesas ligas con el narcotráfico, - se referían al jefe del grupo Carlos Herrera-”, decían y siguen sosteniéndolo, quienes se encuentran chupando la ubre presupuestal bajo la sombra del actual ejecutivo.
Después, los empresarios de la ciudad de Durango, gozosos, se congratularon de tener a uno de los suyos como aspirante, pues como se sabe, más del 60 por ciento del comercio de esa ciudad depende del presupuesto estatal.
Ni qué decir de los medios de comunicación de la capital del estado. Animados, todos se aprestaron, - como hasta ahora- , a hincarle el diente a las jugosas partidas presupuestales de propaganda para “hermosear” en su páginas, en sus comentarios electrónicos, ó, en las imágenes de la televisión, el Frankestein de pedazos en que Hernández Deras ha convertido la entidad después de tres largos años de corrupción, incompetencias político-administrativas, así como de ausencia de estrategias económicas plausibles.
Dirigida por un limitadísimo jefe de Comunicación Social, Amaury Alvarado, quien mantiene como manejo de difusión repartir sobres de papel manila a los reporteros a la vez que negocia gruesas sumas de dinero, con pasquines, libelos, periódicos a modo, “para que no me tires”, y endulcen el oído del mandarín duranguense; Amaury es finalmente el jefe de propaganda que el trabajo de Ismael merece; mucho pregón, cero crecimiento económico; exagerada corrupción.
Después de tres años en la cabeza gubernamental, Ismael Hernández, ya demostró que ser joven no es sinónimo de energía, de claridad gubernamental, tampoco de honradez.
Indolente hasta lo que más, - escuchen atentamente las respuestas que ofrece en las ruedas de prensa banqueteras; ñoñas hasta el bostezo, inconexas, dislálicas -, pronto, antes de ganar la gubernatura, negoció con el ex gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier, la enorme deuda ilegal de más de tres mil millones de pesos, que mantiene al estado sumido en la postración presupuestal.
El enorme pasivo contratado preponderantemente para gasto corriente, está prohibido por las Leyes de la administración pública. A Ismael Hernández, no le importó.
Lo primordial era mantener la llamada gobernabilidad, que en boca de Hernández Deras, formado en la pudrición del priísmo, es cadena de complicidades.
Las secuelas de proteger al ex gobernador saltan. Sin embargo, si se escarba, el asunto es peor.
Por falta del dinero que engulle el pago de los intereses de la deuda, - ya dijimos ilegal por todos los costados -; la existencia cotidiana de los duranguenses se ve lacerada.
Los pobres de la entidad mantienen derogadas cualquier expectativa de mejoramiento en sus condiciones de vida por la vía de la obra pública o programas sociales, dado el génesis del inmenso pasivo gubernamental. Además, los pocos recursos económicos que se encuentran etiquetados para infraestructura, se hallan focalizados hacia aquellos trabajos que dejan el famosísimo 10 por ciento, no hacia la obra pública que genera progreso, de acciones que combatan los altos índices de marginación que perviven en Durango.
Las famosas construcciones que ha trazado Ismael no necesariamente forjan desarrollo.
Muchas de las obras son elefantes blancos que se levantaron para generar ganancias a las constructoras de los priístas; también a los empresarios que patrocinaron su campaña. Véanse las acciones ejecutadas y se descubrirán trabajos malos, caros e inútiles. Peor; desangran profusamente el presupuesto, pues finalmente necesitan mantenimiento. Y eso, trae consecuencias inmediatas. Por ejemplo, cortar presupuesto de educación, salud, mejoramiento del entorno de la población, incluida la vivienda.
Tan grande es la inoperancia de Hernández Deras, que a casi 4 años de administración mantiene profundas perturbaciones para poder cuajar un equipo de gobierno.
Si se realiza una revisión hemerográfica, el lector encontrará que ninguna administración reciente ha hecho tantos cambalaches en las secretarías ó en las subsecretarías estatales y regionales. Las efectos son palmarios; parálisis administrativa, enconos entre los grupos priístas, el cochupo como forma de gobernar, y por supuesto, gestión social estratégica cero.
¿No es acaso el crecimiento más bajo del país forjado por Durango durante 2007, consecuencia del desorden mental Hernández Deras?
¡Claro que lo es! Ismael es el primer responsable del desarrollo o decrecimiento económico de Durango. Y aquí no existen razones para argumentar, – como ya lo dijo el Secretario de desarrollo económico -, que es la globalidad o la mala fe de instituciones como BANAMEX o BANCOMER, las que arrojaron los resultados. Las variables económicas, indicadores económicos y sociales usados para evaluar al resto de las entidades de la República, son los mismos. Finalmente, la adorable iniciativa privada que tanto alaba el séquito gubernamental fue la que evaluó.
Lo que se encontró aquí, es incompetencia y falta de honestidad de un gobernante que no destina los pocos fondos de casi 13 mil millones de pesos del presupuesto estatal a las verdaderas sendas del progreso.
Lo más grave es que aún le quedan casi tres años al frente de la administración, y no se ven cambios de actitud; peor, las elecciones federales del 2009 son ahora su primera preocupación.
Por eso Ismael no encuentra el camino. ¿Dejar a alguno de los suyos para qué como los gatos entierre los desfalcos de la Cuenta pública? ¿Entregar el gobierno al PAN y algunas alcaldías al PANAL, partido que pertenece a su mentora política Elba Esther Gordillo? No se olviden las conversaciones de Ismael con el ex presidente del PAN, Manuel Espino, en las que Hernández Deras asume que aportó dinero a la campaña de Felipe Calderón, igual que a la propaganda sucia en contra de López Obrador. Tampoco se debe borrar de la memoria, la súper bolsa que Elba Esther reunió para que el llamado “hijo de Elba Esther”, iniciara la campaña hacia la gubernatura. Esos elementos siguen presentes.
Son casi cuatro años de Hernández Deras al frente del gobierno; una administración que conforme pasa el tiempo, se caracteriza por su desmedido pudrimiento. La cerrazón. La impunidad. Por ello, la clase política desplazada de la administración, a manera de desquite y al igual que el murmullo popular, le han etiquetado con el apelativo del mega: el mega desempleo, - cero empleos en tres años -; el mega fraudes – por el fraudulento uso de las 99 mil toneladas de cemento de Mariana Trinitaria-; el mega pedazos - por la ejecución de las obras en cachitos, como la Universidad Politécnica-; el mega encubridor – por proteger a Guerrero Mier- ; el mega mendaz – por presumir que se sumaría al gabinete de Felipe Calderón -; el mega re estructurador , - por los cambalaches sin ton ni son en su gabinete –; y, por último, el mega corrector , - por querer destituir a varios alcaldes, pero principalmente al de Ciudad Lerdo, Carlos Aguilera - .
¡Y todavía le faltan casi dos años y medio en el Palacio de Zambrano!
A ver que deja del estado.
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