La pandemia le cayó “como anillo al dedo” para desviar recursos públicos
*Opera en la opacidad total, comprando mercancías con sobre precios
Juan Monrreal López
Mayo 4 de 2020
Gómez Palacio, Durango. – El pasado 2 de abril de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que “estamos también viviendo en temporada de zopilotes”, con referencia a los distintos sectores de la sociedad que se empeñan en sacar raja política, económica e ideológica de la actual crisis de salud provocada por el virus SARS-COV2 en México, dificultades que “le vinieron como anillo al dedo (AMLO, dixit)”, a la presidente municipal salida de las filas de MORENA, Alma Marina Vitela Rodríguez, para continuar acumulando riquezas patrimoniales de las que careció toda la vida, hasta que llegó al servicio público.
Fue en este municipio, donde el pasado 18 de marzo el COVID-19 cobró su primera víctima a nivel nacional, desde entonces, la pandemia se convirtió en el gran negocio que la presidente Alma Marina Vitela Rodríguez,-perteneciente a MORENA-, esperaba y que hasta ahora ha sabido explotar en beneficio propio, utilizando recursos sin control alguno, adquiriendo mercancías como despensas, cubre bocas, caretas, batas médicas, guantes, cabinas sanitizantes, sanitización de calles y edificios, entre otros enseres, en los que pregonó gastos millonarios, pero con inscripciones opacas o nulas en las bitácoras de las Cuentas Públicas municipales.
Desde principios de marzo, Vitela Rodríguez, lanzó la consigna de acatar las disposiciones emitidas por el gobierno federal para enfrentar la pandemia.
Incluso a mediados de ese mes, el Cabildo acordó suspender las actividades hasta el 12 de abril, con el propósito de cerrarle el paso al COVID-19.
Ya sin el Cabildo en funciones “normales”, el 25 de marzo, Marina Vitela, anunció en entrevista banquetera, el empleo de 10 millones de pesos para apoyar a los grupos sociales vulnerables del municipio, encaminados a enfrentar “la crisis sanitaria de grandes proporciones”.
Conforme a lo anunciado por la presidente, el dinero se emplearía en 5 líneas; despensas, kits de limpieza, bonos de gas de 200 pesos, entrega de semilla de alfalfa a productores del campo y entrega de garrafones de agua alcalina.
Para tal efecto, la presidente puso a disposición de la ciudadanía un número telefónico para registrarse, pero el aparato nunca funcionó.
Con el ansia de quemar los 10 millones de pesos, Marina Vitela, decidió que los apoyos se entregarían exclusivamente a domicilio, solo que la repartición se hizo como hasta hoy, a puro modo discrecional.
Así que el sábado 28 de marzo, inició con los pepenadores del tiradero de basura municipal, – que no cumple con las normas indispensables para ser un relleno sanitario-, una de las bases de apoyo de su compadre, el síndico, Omar Castañeda González.
Así que la inclinación fue ir con los allegados, que se prestaran para la foto. Con correligionarios que aplaudieran, pues como se recordará, Alma Marina Vitela, es la presidente municipal elegida con el menor número de votos de las últimas 6 elecciones, apenas 27 mil sufragios; lo que la hacen una alcaldesa endeble, sin gran peso social e incluso con enorme rechazo de la población gomezpalatina, quien la ubica con las trapacerías cometidas desde que fue diputada local, diputada federal y regidora con las siglas del PRI, antes de convertirse a MORENA, por obra y gracia de Alfonso Ramírez Cuéllar y Andrés Manuel López Obrador.
Marina Vitela Rodríguez, experta en carroñar recursos públicos
Alma Marina Vitela, tiene al menos 15 años carroñando bienes públicos. De hecho, desde su debut en la pelea de los puestos públicos entendió que el simple hecho de ser candidato, era estar en la ruta de ganar, en conseguir bienes públicos ilegalmente, sin problemas legales posteriores.
Así ocurrió en 2007, año en que fue postulada a diputado local por el X Distrito, cuya campaña apuntaló con el cemento robado a la Congregación Mariana Trinitaria, luego que Ismael Hernández Deras, dio un giro perverso al destino del mortero, tal como lo informó Demócrata Norte de México, en enero del año 2008. Información que nunca fue desmentida por alguno de los involucrados.
Sin embargo, ella quedó en la historia de los impulsores de la candidatura de Ismael Hernández Deras, hacia la gubernatura de Durango en el año 2003, en La Laguna, y que ya desde entonces, Marina Vitela, sacó provecho ilegal consiguiendo algunas canonjías por la simple acción de estar relacionada con el llamado Grupo de los 42, esgrimiendo el puesto sindical que ocupaba en la Sección XV del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Sin premio directo, reflejado en la obtención de algún puesto público, luego que Hernández Deras, ganara la gubernatura en el año 2004, Marina Vitela, no cejó en el empeño de congraciar con la llamada clase política de la ciudad de Durango.
Así que cuando llegó el nuevo delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, el morelense Jorge Meade Ocaranza, pronto se dio a la tarea de cautivarlo.
Con esa relación le bastó a Marina Vitela para convertirse en candidata a la diputación local en la LXIV Legislatura.
Y de allí pal´real, se olvidó de la indigencia económica que cargaba de toda la vida.
Fue tal su desvergüenza, que inmediatamente después realizó distintos viajes a Europa, acompañada de toda su familia.
Como se sabe, un salario de diputado local, no alcanza para tanto.
Con este historial, era difícil que resistiera la tentación de desviar y apropiarse de recursos públicos en plena pandemia; hecho que definió el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, como “tiempo de zopilotes”, parafraseando el título del libro de Paco Ignacio Taibo II, dedicado a la Decena Trágica.
Cabe decir, que ya como diputada local, Marina Vitela, comenzó a escalar económicamente en proporción directa con votar a favor de todas las iniciativas mandadas por el gobernador, Ismael Hernández, al Congreso de Durango.
Pronto, la vivienda ubicada en el Fraccionamiento Popular Morelos II de Gómez Palacio, propiedad de Vitela Rodríguez, cambió drásticamente.
La amplió convirtiéndola en la casa más grande de la cuadra y de no tener vehículos, pronto llenó la cochera y el frente de su casa con automotores poderosos y caros.
Más tarde, con lo otros puestos públicos que ocuparía con las siglas del PRI, – regidora, diputada federal, otra vez, diputada local-, Marina Vitela, abandonaría la casa del Fraccionamiento Morelos, – dejándola como bodega-, para mudarse a una de las propiedades adquiridas en Torreón, Coahuila, con el pretexto de que la violencia en Gómez Palacio, era exacerbada.
Descubierta la traición a sus electores, pero con la ambición de seguir medrando desde la administración pública, rápidamente compró una casa en efectivo, por varios millones de pesos en el Fraccionamiento El Campestre, uno de los más caros de la ciudad.
Eso sí, regresar al Fraccionamiento popular Morelos II, jamás, ha dicho siempre, menospreciando la primera casa que tuvo.
Así, en este camino, la técnica en enfermería, amasó en menos de 13 años, fortunas millonarias imposibles de justificar legalmente.
En la era del COVID-19, ´la oportunidad la pintan calva´, para el saqueo municipal por la familia Vitela
Denunciada ante la fiscalía anti corrupción del estado de Durango, por nepotismo, Marina Vitela, ha reconocido que es así, pero nada más son “poquitos familiares” los que se encuentran en la nómina.
De hecho, las mercancías adquiridas, – ilegal y equivocadamente-, para combatir la pandemia de COVID-19, se hace en familia.
Yahir Vitela García, sobrino de la presidente, es director de Desarrollo Social, también quien decide junto con su tía Marina, a quien comprar las despensas, donde se almacenan, así como la manera en que reparten entre las distintas mafias que ocupan puestos en la administración.
Según el tamaño de la pandilla, es la cantidad de bolsas de alimentos las que se entregan.
Es obvio, que Marina Vitela, junto con su sobrino Yahir Vitela García, son quienes más despensas se asignan, muchas de las cuales, Yahir Vitela atesora para volverlas a facturar, según confiaron a Demócrata Norte de México, funcionarios de Tesorería, a cargo de Cuauhtémoc Estrella, – empleado del empresario ganadero, Norberto Galindo, patrocinador de varias campañas políticas de Marina Vitela y cuasi dueño de SIDEAPA-, así como de la propia dirección de Desarrollo social, entre otras instancias administrativas.
Pero eso no para allí.
La presidente ´zopilote´, también controla las porciones de alimentos por la vía de la estructura del DIF municipal, a cargo de su hija putativa, la directora, Betzabé Martínez Arango, quien hace mancuerna con la hermana de la alcaldesa, la presidente del Patronato del DIF, Laura Vitela Rodríguez, de esta manera, como los pulpos, tentáculos tienen, la disposición de carroñar, también.
Incluso, la madre de sus nietos, Grethel Valeria Romo Prieto, quien cobra como jefe de Relaciones Públicas del ayuntamiento, lleva el registro puntual de a quienes se les han entregado los paquetes de víveres.
Control total de la familia, pues.
Así con ese rasero, después de la presidente ¨zopilote¨, quien más víveres empaquetados recibe es el compadre de pila, Omar Castañeda González, -un verdadero mafioso y pandillero-, quien, con distingos, entrega en primer lugar a los adeptos a la Unión de Colonias Independientes (UCI), propiedad de su madre, Candelaria González, Doña Cande.
De hecho, se ha documentado que cuentan con bodegas en la colonia Francisco Zarco, más conocida como “Trincheras”, desde donde se dosifica la repartición de alimentos, conforme se les entreguen credenciales para integrar el padrón de posibles votantes para las elecciones del próximo año e incluso inscribirlos en el censo del Movimiento Nacional por la Esperanza, dirigido por su protector, René Juvenal Bejarano Martínez, El Señor de la Ligas.
Es tal la piñata armada con los estuches de víveres que, hasta la esposa del director de Ecología, Hiram Brahim López Manzur- cómplice del saqueo de más de 800 millones de pesos cometido por la ex alcaldesa, Juana Leticia Herrera, en la pasada administración, y que él convalidó con votos desde el Cabildo, incluso persiguiendo y denunciando a periodistas- la regidora, Karla Tello Arellano, aprovecha para entregar a grupos clientelares las mini despensas para asegurar lealtades electorales.
Y así, todas y cada una de las bandas, incluso los regidores de MORENA, quienes más que representantes ciudadanos, son convidados de piedra en esta administración en la que obedecen sin chistar los designios de Vitela Rodríguez y parentela
Pero, esto no es todo.
Las despensas, vienen diferenciadas; según donde se vayan a prorratear, traen más o menos productos.
Si las bolsas son para las colonias populares, contienen menos alimentos que las repartidas a los miembros de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO), y así para no abundar.
Miembros activos de la CANACO, consultados acerca del valor de las despensas que se entregan, dijeron a Demócrata Norte de México, que existen de varias presentaciones, “por ejemplo las más ralitas deben andar por alrededor de 50 pesos al detal; las que nos entregaron a nosotros, no pasan de 70 pesos al menudeo”, aseguran estos miembros de la Cámara Nacional de Comercio.
Sin embargo, según fuentes de la tesorería municipal, aseguraron a Demócrata Norte de México, que los paquetes con alimentos están siendo facturados entre 150 y 200 pesos; es decir un promedio del 200 por ciento más caras que en el mercado.
Si algo saben los de la CANACO, es de comercio.
Sin embargo, los gastos de la pandemia en este renglón, como en todos, son secretos de la alcaldesa zopilote, y sus gavillas.
No obstante, esto no para allí.
Con más efectismo, que realidad, a la técnica en enfermería Alma Marina Vitela- quien ascendió de rango académico por sus puras pistolas, ahora es licenciada (¿?)-, tomó en su ignorancia y ambición, la iniciativa de realizar acciones que llenen los espacios de los medios, aunque estas decisiones no sirvan para combatir el COVID-19, tal como lo ha señalado la comunidad científica y médica.
Lo anterior es con referencia a la instalación de casetas sanitizantes en algunos hospitales.
De acuerdo a la comunidad médica y la propia Secretaría de Salud del Gobierno de México, han dicho que no recomiendan el uso de las cabinas sanitizantes, y esto quedó establecido desde el 8 de abril pasado.
Aun así, la presidente, en aras de carroñar, levantó algunas de estas cabinas, con el fin de facturar, , además de conseguir primeras planas, ganar los teaser en los medios electrónicos.
Con un costo estimado de 75 mil pesos, habrá que esperar en cuanto son reportadas a las arcas municipales los llamados túneles sanitizantes.
Luego siguieron más torpezas, como la sanitización de calles, con todo y que la comunidad científica ya había dictado que aventar sustancias químicas a las avenidas no ha demostrado logros positivos en el combate al COVID-19.
Incluso han establecido que las soluciones de hipoclorito de sodio, así como algunas lejías, con todo y que no funcionan positivamente en el combate al Coronavirus, permanecen muy poco tiempo en el ambiente, ya que los rayos ultravioleta desarman las moléculas del hipoclorito.
Pero si en otras partes del mundo se vieron drones, cañones, enormes motores, en Gómez Palacio, Marina Vitela, decidió montar máquinas aspersores en tractores agrícolas.
Aquí el asunto es facturar.
Por ello, el 18 de abril anunció el programa de agua para el bienestar, consistente en echar andar máquinas expendedores de agua alcalina al costo de 1 peso.
Y así fue, sólo que los aparatos, -que eran dos, para una ciudad de 370 mil habitantes-, apenas si funcionaron 3 días, como lo corroboró Demócrata Norte de México, que mantiene en su poder una serie de fotos de este gesto demagógico de Marina Vitela, en plena pandemia.
Pero los fallos y las acciones de saqueo no pararon allí.
Entonces decidieron repartir equipo médico del que se desconoce su origen y costos; dispuso fabricar caretas made in Gómez Palacio, en un taller sin instalaciones adecuadas para realizarlo.
El asunto es que la empresa VACO S.A. de C.V. salió a la luz pública promocionada por el primer compadre del ayuntamiento, Omar Castañeda González.
Palabras más, palabras menos, dijo en un video que colgó en Facebook que VACO, trabajaría las caretas protectoras contra el COVID-19, e incluso “que incorporaría mano de obra local”, y más.
Después se conoció que la empresa es propiedad de familiares del Contralor municipal, Carlos Rosales Arcaute, – quien ha escondido papelería de los desvíos de la ex alcaldesa, Juana Leticia Herrera, por miedo a la familia (Carlos Rosales, dixit)”-, uno de los beneficiarios de prestaciones económicas excesivas, además de tolerarle el nepotismo.
De modo que VACO S.A. de C.V. será una de las empresas ganonas de los desvíos millonarios del dinero utilizado para enfrentar al COVID-19.
Como ya se dijo, hasta ahora, se desconocen los montos concretos empleados en despensas, equipo médico, cabinas de sanitizantes, sanitización de calles, elaboración de caretas, etcétera.
En tanto, Alma Marina Vitela Rodríguez, tuitea que ella está ayudando al pueblo de Gómez Palacio, cuando es su obligación, no es ningún favor.
Peor:
Todo indica que está usando la pandemia de SARS-COV-2 para llevar bienes a sus alforjas, a los de sus parientes, a las pandillas con las que mantiene secuestrada la administración municipal.
Tiene razón AMLO, es época de zopilotes; Alma Marina Vitela Rodríguez, es uno de ellos junto con los funcionarios que la acompañan.
Solo que, en la historia de la ciudad, quedará registrado que AMLO, la apoyó para ungirla como candidata a la presidencia municipal, a pesar de conocer sus antecedentes de corrupción, traición, agresión a las causas populares, así como saqueo de bienes públicos.
En Gómez Palacio, la 4T no va; la Nueva Historia no llegará con este gobierno municipal; aquí la presidente zopilote Alma Marina Vitela Rodríguez, si miente, si roba y traiciona; la antípoda del discurso de AMLO, no mentir, no robar, no traicionar.
Twitter: @jmonrreall
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