Gustavo Leal F.*
El presidente Andrés ManuelLópez Obrador (AMLO) declaró que falta un censo para conocer el número de médicos que existen en el país. Y que, de hallarse déficit, se destinarán recursos a universidades para que formen más. Durante años, agregó, se excluyó a miles de jóvenes –vía examen de admisión– para estudiar la carrera en las universidades públicas ( Reforma 5/7/19).
El censo es indispensable. Desde el foxismo se evitó ubicar cifras. En 2002, como presidente del Consejo Mexicano de Acreditación de la Educación Médica (Comaem), el doctor Soberón ubicó 210 mil médicos generales que representan más de 75 por ciento de estos profesionistas, dijo. Menos aún se discutió, a partir del remoto trabajo (1966) del doctor Pedro Daniel Martínez: el perfil de El médico que el país necesita.
Pero AMLO también observó que faltan médicos y especialistas: no tenemos los que necesita la nación(Hospital Rural Tuxpan, Michoacán, 4/8/19) y precisó, en conferencia matutina: necesitamos con urgencia formarlos. Analizamos la posibilidad de crear una universidad nacional en la Ciudad de México para la formación de médicos y enfermeras. Es algo que se necesita (8/8/19).
¿Es esto cierto? Depende del modelo de atención que adopte la Cuarta Transformación (4T). Asumiendo la instrucción presidencial: dos partes, derechohabientes atendidos con IMSS e Issste, mejorando el servicio, y un solo sistema para atender a población abierta (San Luis Potosí, 19/7/19), si se trata del naciente Instituto de Salud para el Bienestar y se sigue el modelo integral de cuidados de salud propuesto en el Informe de la Comisión de Alto Nivel OPS-OMS: Salud Universal en el Siglo XXI(2019), lo cierto es que se requieren médicos y especialistas con un perfil adaptado a los requerimientos preventivos de la Atención Primaria Integral e Integrada y el Primer Nivel Fortalecido/ Reforzado que operarán articuladas por nodos y redes integradas.
Este modelo propone trascender el concepto de niveles de atención y profundizar en redes desde la promoción/prevención y el territorio; visualizar el primer nivel de atención como el nodo articulador de redes integradas que, pcon equipos transdisciplinares, facilite la coordinación entre el sistema de intercuidados centrado en el fortalecimiento de la vida saludable con fuerte componente local; el ecosistema local y el sistema de protección social que se aborda en la intersectorialidad; los componentes de salud pública y prioridades de salud nacionales, así como el sistema de cuidados centrado en la recuperación de personas con dolencias o enfermedades que recurren a nodos con especialistas focales que actúan de soporte (informe, p. 42).
El modelo contempla, también, trascender el concepto de puerta de entrada porque la salud no está fuera de la comunidad y para participar del sistema de cuidados no es necesario entrar a ninguna parte. Otra razón por la que conviene abandonar el concepto de puerta de entrada es que el nodo articulador está llamado a ser más que un umbral de acceso, un espacio que coordina respuestas intersectoriales, comunitarias y terapéuticas para lograr poblaciones más saludables. El nodo articulador integra un equipo de salud capacitado para la atención primaria y que acompaña el ciclo de vida de su comunidad (informe, pp. 42-43).
Ahora bien, si se trata del Programa IMSS-Bienestar (que dispone de su propio modelo de atención integral a la salud, MAIS) y que al decir de AMLO permanecerá en IMSS, pero integrado normativamente al Instituto de Salud para el Bienestar o del modelo IMSS de atención médica para el régimen obligatorio que asigna usuarios por Unidad de Medicina Familiar y los atiende por niveles de referencia (diferente al MAIS), a ambos pudieran faltarles los médicos, especialistas –y hasta recurrir a personal jubilado que podría reintegrarse al servicio– que reclama AMLO. El problema pendiente consiste en que si el Programa IMSS-Bienestar ya opera normativamentedentro del Instituto de Salud para el Bienestar, su modelo no podría ser diferente al que opere ese naciente instituto, aún en definición.
Si faltan médicos y especialistas no depende sólo del censo, ni tampoco de más recursos a las universidades o fundarlas. Depende, primero y antes que nada, del modelo de atención que adopte la 4T para el Instituto de Salud para el Bienestar: ¿el de OPS, el MAIS-IMSS-Bienestar, el Modelo IMSS para el régimen obligatorio u otro?, toda vez que el modelo para el régimen obligatorio de la seguridad social (siguiendo los dos sistemas ratificados por AMLO en su citada comunicación de San Luis Potosí) no está a debate y es el que, sin duda, requiere no sólo especialistas: también médicos, aun jubilados –como también se solicitará–, para apoyar el Programa IMSS-Bienestar, el régimen obligatorio y el proyecto IMSS para consolidar el programa Hospitales de Tiempo Completo. Entonces los médicos y especialistas que falten dependerán del modelo que se adopte.
*Universidad Autónoma Metropolitana XochimilcoSubir al inicio del texto
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