RAÚL A, RUBIO CANO
Febrero 28 de 2019
Hemos observado –como lo venimos haciendo desde hace muchos años- un recrudecimiento de los niveles de contaminación del aire que todos respiramos. Se toman medidas para conocer el fenómeno, pero las acciones sobre las verdaderas fuentes locales son prácticamente inexistentes; las pedreras siguen haciendo lo suyo, las fábricas no se digan, la refinería de Cadereyta como si no existiera, el transporte pesado y urbano de pasajeros en aumento y más contaminante y, los autos y motocicletas también cooperando en ello, pero, en mucho menor nivel que todos los anteriores. Sin embargo, llama la atención que sin tener gran movimiento vehicular en la metrópoli, las estaciones de monitoreo de la calidad del aire han registrado niveles muy nocivos para la salud en casi todas ellas, demostrándose que eso de la “verificación vehicular” es pura sacadera de dinero, y preguntándose todo mundo ¿Cómo es posible que sin tener gran números de autos en las calles, siendo días festivos o fines de semana, la contaminación del aire metropolitano no disminuye, sino por el contrario, hasta se ha incrementado? Con todo ello llegamos a pensar que una cosa es la contaminación de las fuentes estacionarias y móviles de la propia área metropolitana y otra realidad muy distinta, es la contaminación que viene de Norteamérica empujada por los diferentes frentes fríos desde ciudades como Nueva York, pasando por las 13 colonias fundacionales de los Estados Unidos, arrastrando contaminantes urbanos, rurales e industriales, hasta llegar al vecino estado de Texas y además, traernos el peligrosísimo aire del mundo petrolero texano y la contaminación de la explotación que realizan del gas shale por el Fracking. A ello el doctor Igor Ishi Rubio Cisneros, explicó tal fenómeno hace semanas en asesoría a la Comisión de Medio Ambiente del Congreso del Estado, que preside Ivonne Bustos. Basta consultar su reciente obra: “Geología y Estado. Forma, fondo y territorios vecinos de México”. (UANL, 2018), y no se diga la página que nos recomienda de earth.nullschool.net para observar al detalle el arrastre de contaminantes de Norteamérica al Área Metropolitana de Monterrey (antiguo Valle de la Extremadura), que combinados con los ya contaminantes existentes en su atmósfera y las inversiones térmicas (dos tercera parte del año tenemos fuertes inversiones térmicas, sobre todo en invierno), nuestra realidad se transforma en la más peligrosa “cámara de gases” mortales y muy destructivos de la salud de unos 5 millones de habitantes. A ello hay que sumar también, las arenas llegadas de dos desiertos pegados al Tíbet, en China, Gobi y Taklamakan con nuevos y poderos metales contaminantes, según nos informa, la licenciada, Ema Eloísa González Rodríguez y que trabajó en la Subdirección Nacional de Administración de Emergencias de la SEGOB en tiempos de Fox. También, nos informó de la llegada de fuerte contaminación al municipio de Villaldama desde Anáhuac, el pasado fin de semana, misma mega nube que impactó Monterrey según los estudios del doctor Igor Ishi en earth.nullschool.net Así las cosas, la contaminación del aire metropolitano no sólo se resuelve barriendo calles y banquetas, como ha recomendado Manuel Vital, secretario de Desarrollo Sustentable; ésta, ya es un problema geopolítico ¡Órale! raurubio@gmail.com
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