jueves, 11 de octubre de 2007

Tiovivo

Salites pero no ganates
Juan Monrreal López
Octubre 11 de 2007
Ricardo Rebollo, demagogia endeble

Rápido, solos, sin presiones sociales, los velos de la demagogia levantados por Ricardo Rebollo Mendoza, se empiezan a desplomar.

Apenas bastaron 40 días para que el pretendido perfil de un alcalde dinámico, solvente, levantado con miles de pesos,- que al final del año serán millones-, cedidos a sus asesores de imagen, se venga abajo; demolido por la fría realidad, por el duro desenvolvimiento de los hechos.

Primero. Exhibió un equipo de gobierno, que como él, carecen de experiencia en la cosa pública, y quienes la tienen, se les vincula con actividades ilícitas como el uso prohibido de recursos públicos, portación ilegal de armas exclusivas de las fuerzas armadas, pero también de estar incriminados con el narcotráfico; como al propio Rebollo lo asoció el desaparecido jefe de la policía antisecuestros de Coahuila, Enrique Ruiz Arévalo.

Segundo. Apenas acomodándose en la sagrada nómina, el Director de obras públicas Roberto Velázquez Jardón, fue denunciado por su trabajador, - perteneciente a la empresa recaudadora de suciedades Ecosystem -, por ser dueño de un camión del que orondo el empleado arrojaba inmundicias al lecho del Río Nazas. En aquella ocasión, Rebollo salió en su defensa. Dijo palabras más, palabras menos, que ya había reprendido a Velázquez Jardón, pero que de ninguna manera era motivo suficiente para despedirlo. Finalmente, el 2 de octubre le aceptó la renuncia; más no por el delito ecológico o por los “motivos personales” que adujo el ex funcionario; la cesantía se la ganó por evidenciar que la magna obra de Ricardo Rebollo,- el levantar un puente en el bulevar Miguel Alemán -, no cuenta con los proyectos ejecutivos. Para acabar pronto, que no existían sustentos técnicos ni financieros.

Tercero. Con dos años de experiencia fallida en la administración pública estatal,- cero empleos en dos años al frente de la SEDECO -, su padrino y alcahuete en las trapacerías públicas, Ismael Hernández Deras, lo premió con la alcaldía de la ciudad, en detrimento del propio Ayuntamiento de Gómez Palacio, una municipalidad catalogada por Rebollo Mendoza, como una ciudad gris; una plaza donde ningún movimiento social importante habría pasado, cuando fue precisamente en esta ciudad, en la esquina de la calle Mártires y avenida Hidalgo, donde se decidió el estallido de la Revolución mexicana.

Por lo visto, no es lo mismo hacer crecer los negocios particulares desde las arcas públicas, como lo hizo su papá, el ex alcalde José Rebollo Acosta, o como él mismo lo sigue haciendo, - vender materiales a discreción, como si no hubiera otros negocios similares que puedan surtir las mercancías -, que estudiar un poco de historia de la ciudad.

Cuarto. Luego, producto del populismo ramplón de atender en audiencias públicas las necesidades particulares de los gómezpalatinos, concluyó que habría que entregar 4 mil 248 becas por la fabulosa cantidad de 215 pesos mensuales; mismos que de acuerdo a Rebollo, son suficientes para los becarios, pues este dinero puede destinarse hacia, “25 pesos cada domingo, 35 pesos para el cine, 40 pesos para comprar un juguete y el resto para adquirir una prenda de vestir”.
Siendo beca escolar, se le olvidó mencionar los cuadernos, lápices, colores, plastilinas, pegamentos, e incluso los pasajes de los estudiantes.

Abundó. “Este programa de becas estoy seguro que es novedad en toda la República mexicana”.

Lo dicho, sin saber administración pública, - siempre dedicado a vender madera, pinturas, cemento, varillas, clavos, etc, -, inmerso en crearse una imagen por fuerza de los medios, desconoce que programas de este tipo, - obvio, mejor diseñados, con objetivos públicos transparentes, con una estrategia donde se miden los avances de los estudiantes, así como los alcances sociales del mismo, etc,-, existen en otras entidades de la República, incluso del propio gobierno federal.

El caso es que sí no lee, difícilmente se enterará que sucede en otros lares; mucho menos podrá iluminar la ciudad gris que gobierna, - así la bautizó él, que conste-, aunque acarree hasta los topes, periodistas o asesores de imagen de cualquier lugar.

Quinto. Populista ramplón, Rebollo Mendoza, montó a la par indefectiblemente la hermana melliza del populismo, la demagogia. En cuarenta días con sus largas 40 noches, Rebollo, con sus ocurrencias, se ha dedicado a desmontar involuntariamente la palabrería que de sí mismo habla.

Vía los hechos, las promesas de campaña se desploman. Un ejemplo; la supuesta reducción de los salarios de los regidores y funcionarios municipales, en teoría recortados al cincuenta por ciento.

Ahora se sabe, como lo confirmó un burócrata a Demócrata Norte de México, que las partidas de los regidores lejos de reducirse, recibieron incrementos sustanciales disfrazados como apoyos de gestoría. De manera que contrario a cercenar las partidas del gasto corriente destinadas a los salarios y prestaciones de ediles, éstas se incrementaron.

A decir de algunos concejales, “Rebollo quiere comprar lealtades con el dinero, ya que los roces con ciertos regidores y sectores priístas están al orden del día. Ricardo, no quiere encontrar escollos ahora que se releve la dirección municipal del PRI. Él quiere imponer al nuevo dirigente del partido”, por eso las concesiones.

Aun más. Como los “dictadorcillos”, señalan los ediles; Ricardo Rebollo, se encuentra formando una estructura de espionaje interna por la vía de los trabajadores manuales del Ayuntamiento, por lo mismo, “no podía hablar ahora que estaban las otras personas, justo cuando usted llegó. Sabemos que este sistema de espiar lo está armando uno de los funcionarios que trabajó en gobernación”. Era 9 de octubre.

Quinto. Cuarenta días, no han sido suficientes para que las nóminas municipales aparezcan en la página oficial del Ayuntamiento gómezpalatino. Tampoco las listas de proveedores. Cual transparencia, entonces.

Sexto. Porque el espacio se termina, sólo apuntamos que desde la campaña de Ricardo Rebollo, cuyo centro era un cero naranja, nada bueno se podía esperar. El proselitismo rebollista estuvo fundado en una cadena de símbolos negativos, tal como luego veremos.

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