Hace 20 meses fue escrito este texto. En ese momento, como ahora, se resaltaba el papel ilegal y sin control que ahora asumen los asesores de los políticos, - gobernadores, alcaldes, diputados -, que con lisonjas aprendieron a engañar, sobre todo, cuando los funcionarios son inexpertos, por no decir torpes.
Es en esta situación, - aunada a las pugnas panistas que esencialmente siguen dándose y se agudizarán-, que el llamado camaleón, Jorge Alberto Hernández Guerra, de facto Vicepresidente de Torreón, se mueve a sus anchas; operando recursos municipales sin ningún control, bajo la total complacencia del alcalde virtual, José Ángel Pérez Hernández.
Se rescata este documento de las hackeadas páginas de Demócrata Norte de México, que muestra algunos elementos de las pugnas panistas, - cuyo centro es y seguirá siendo, Guillermo “memo” Anaya, el compadre número uno de Calderón -, pero sobre todo, esta memoria se recupera en atención a los lectores que quieren conocer el origen y el papel que juega en la administración municipal, el expriísta, Jorge Alberto Hernández Guerra.
Diciembre-19 -2007
Jorge Hernández Guerra, ofrece billetes por “putear” a Guillermo Anaya
Por Juan Monrreal López
Abril-14-2006
Torreón, Coahuila.- Sumidos en una profunda confrontación política contra el grupo que lidera el senador Jorge Zermeño, la camarilla que encabeza el alcalde panista de esta ciudad, José Ángel Pérez Hernández, se encuentra diligente por echar abajo, con tierra y lodo, a quienes considera los rivales más fuertes en la próxima disputa por la candidatura a la silla gubernamental coahuilense.Por el momento, las baterías se encuentran concentradas sobre José Guillermo Anaya Llamas, exalcalde de Torreón y aspirante a ocupar una curul en el Senado de la República.
El zermeñismo mantiene una fuerte reyerta histórica contra la caterva de Juan Antonio García Villa, y ahora enfrenta a la independizada banda
política de José Ángel Pérez Hernández.
El alcalde de la ciudad, junto con Guillermo Anaya, se encuentran considerados por los paneques como los aspirantes más viables hacia la búsqueda de la gubernatura bajo los colores blanquiazules dentro de 5 años.
Por eso, el bloque de José Ángel Pérez, reforzó la guerra de desgaste hacia Anaya Llamas, más ahora, que tienen presupuesto a modo. Pretenden evitar a toda costa que Memo Anaya llegue al senado, o cuando menos, estropearle la imagen aprovechando la actual carrera electoral.
En este contexto, el papel del jefe de la oficina de vinculación de la presidencia municipal juega comisión crucial. Se trata de Jorge Hernández Guerra, el brazo operador del alcalde para convenir con aquellos dispuestos a “putear” al exalcalde torreones “cueste lo que cueste”.
Como en tiempos del PRI, a Hernández Guerra -exjefe de relaciones públicas en la alcaldía del priísta Salomón Juan Marcos Issa, hoy candidato a senador por el tricolor, y a quien la PGR investiga por lavado de dinero y delincuencia organizada-, se le ve ansioso.
Hernández Guerra, amarra y traba pactos con directivos de medios y con periodistas en cafés de la ciudad y dentro del departamento que tiene en el Ayuntamiento; de facto, una especie de vicepresidencia municipal.
Los ofrecimientos de Hernández Guerra, están fuera de todo control administrativo. Son generosos para los que apoyan su causa. Sólo él, José Ángel Pérez y los involucrados conocen los términos finales de las componendas para roer el perfil de Anaya Llamas, pero también al presupuesto público.
Las ofertas monetarias representan ingresos altos y no gravables. Se ubican al margen de los convenios de publicidad.
Así, durante la última semana, Jorge Hernández, bautizado por algunos medios como el camaleón, se dio a la tarea de reclutar una tropa oficiosa de reporteros dispuestos a devastar a Memo Anaya, bajo la metralla del “fuego amigo”.
La impaciencia es tanta, que Hernández Guerra citó a algunos dueños de periódicos y revistas marginales económicamente, para ofertarles arreglos de difusión que antes había negado. En su departamento, habló de espléndidas cantidades a quienes antes había cerrado las puertas de la dependencia.
Para entenderse -dijo a un periodista con quien antes mantenía disputas-, “van 15 mil pesos de convenio, más diez mil más sin facturar, por putear a Guillermo Anaya. Es lo que quiere el alcalde”, aseguró.
El director del medio reclamó sólo el convenio, como siempre se hace. “Únicamente las inserciones de publicidad oficial”, le dijo. “Putear” a Guillermo Anaya te cuesta 120 mil pesos, la mitad ahora y a media campaña el resto”, le replicó. Entonces, Hernández Guerra le advirtió: “lo voy a consultar con José Ángel (Pérez), aunque viene semana santa” -atajó-.
Este caso no es el único. Programas televisivos, radiofónicos, así como reporteros de medios impresos ya le entraron a la perinola donde todos ganan al cobijo de Hernández Guerra. Este tipo de tratos son ilegales, como ilícitas son las cantidades que oferta.
Jorge Hernández Guerra
Tanto Hernández Guerra como el alcalde Pérez Hernández, vienen de familias pr
iístas. El director de la oficina de vinculación, exlocutor de la estación de radio EXA 100.3 FM, fue representante y secretario particular, en La Laguna, de Rogelio Montemayor Seguy, cuando gobernó Coahuila.
En esa época, Alejandro Pérez de la Vega, padre de José Ángel Pérez Hernández, fungió como recaudador de rentas de Torreón, y era uno de los principales operadores políticos del gobernante. Es en este período que Hernández Guerra y Pérez Hernández, estrechan la relación.
José Ángel Pérez es cuñado de Ariel Berrueto Pruneda, exgerente del Sistema de Aguas y Saneamiento de Torreón (SIMAS), quien fue pillado en un mega fraude contra la paramunicpal, motivo por el que se dio a la fuga. Luego, fue perdonado de purgar penas carcelarias, aduciendo que la auditoria la desarrolló el bufete particular Aymerich y Asociados, y no el órgano contable del Congreso.
Otro cuñado es Federico Berrueto Pruneda, exrepresentante del gobierno de Coahuila, en el Distrito Federal, en la era de Enrique Martínez y Martínez.
Tras dejar el puesto con Montemayor Seguy, Hernández Guerra se desempeñó como director de Relaciones públicas de Salomón Juan Marcos Issa, en el tiempo en que éste último fungió como alcalde de Torreón de los años 2000-2002-.
En el proceso electivo del 2002, Hernández Guerra apoyó la campaña de Pérez Hernández, desde el interior mismo de las oficinas del Ayuntamiento. El hoy alcalde contendió por una diputación local; a partir de ahí, los lazos de interés mutuo se reforzaron. Pérez Hernández, se convirtió en legislador. Por su parte, Anaya Llamas, ganó la alcaldía. Las confrontaciones entre estos dos grupos panistas ya existían abiertamente.
Bien montado en la diputación local, José Ángel Pérez, acercó a la legislatura a Hernández Guerra, quien soltó la boca en contra de su exjefe Salomón Juan Marcos, intentando generar en el aleccionado legislador un perfil combativo.
Con un PAN coahuilense a modo, a Juan Antonio García Villa -excandidato a la gubernatura y subsecretario de economía-, no le fue difícil imponer a José Ángel Pérez como coordinador de la diputación panista en el Congreso del estado, pasando por encima del candidato zermeñista y amigo cercano de Anaya Llamas, Jesús de León Tello.
De hecho, las divergencias no han parado. Se extendieron hasta la disputa por la candidatura blanquiazul para suceder a Memo Anaya en la alcaldía; pero también en el proceso interno del PAN para nominar candidato a la gubernatura.
Pasó que José Ángel Pérez derrotó al hoy candidato a diputado federal por el VI Distrito de Coahuila, Jesús de León Tello, convirtiéndose en alcalde al vencer al sifuentista converso al moreirismo Eduardo Olmos Castro, hoy Secretario de obras públicas del estado.
Antes, Zermeño Infante había apabullado las aspiraciones de Juan Antonio García Villa -hoy director del COFEPRIS-, rumbo a la gubernatura del estado.
En este proceso, Hernández Guerra, se dedicó a realizar “las tareas sucias del fuego amigo” orientadas a desgastar al grupo de Zermeño Infante, y por tanto, a Guillermo Anaya.
De hecho, José Ángel Pérez no hizo campaña, sólo se colgó de la desplegada por Jorge Zermeño.
Las operaciones sucias desatadas por Hernández Guerra y por el alcalde torreonita no son nada nuevo; sólo que ahora lo hacen con recursos públicos y desde puestos oficiales.
Fuego amigo con costo al erario
Las discrepancias entre estas camarillas llegaron a los ojos públicos, incluso, ya mordieron a la administración municipal. Y es que en actos de “limpieza” laboral administrativa, José Ángel Pérez ha despedido a 280 trabajadores afines al grupo de Guillermo Anaya.
El mismo alcalde declaró que no quiere tener “piedritas en el camino”. Las destituciones ya costaron al erario de Torreón más de 4 millones de pesos, y aún persisten 30 juicios laborales por el orden de 12 millones de pesos. La asesoría de Hernández Guerra, está costando muy cara a la ciudad.
Después de 100 días de gobierno municipal, los asuntos más destacables son las continuas reyertas entre los panistas, y tal vez, los 40 millones de pesos anunciados para inversión en seguridad pública.
Por lo pronto, varios de los reporteros que se entrevistaron con el vicealcalde de facto esperan ansiosos a que termine la llamada semana mayor, y que Hernández Guerra haya convencido al alcalde a soltar los montos por ellos solicitados para “putear” a su compañero de partido, Guillermo Anaya.
Ya veremos cuánto cuesta la “venganza” de José Ángel Pérez.