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RAÚL A. RUBIO CANO
Noviembre 5 de 2018
Hoy arranca en Brooklyn, Nuevo York, el juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán y, arderá la Troya que se conformó y ha venido viviendo de ese mundo de las drogas y que, en el caso del Chapo, le permitió operar por 30 años. Sí ¡vaya coincidencia! porque precisamente en esos 30 años, se fue dando una estructuración de carteles de la droga a la par de las políticas económicas neoliberales. Una mezcla entre un poder increíble de los dineros de las drogas y, el que se iría conformando a la luz de los nuevos cambios económicos que el neoliberalismo exigiría en muy diversos planos, basados en la “supuesta” liberalización de los mercados, la mira a la exportación y destrucción del mercado interno, la privatización de los Bienes de la Nación y el de llevar al país a una fábrica de pobres por un puñado de multimillonarios y sus conexiones extranjeras. La rapacidad no tuvo miramiento alguno y donde el Capital productivo fue hecho a un lado para privilegiar al Capital especulativo y así, se fue creando en esos treinta años, una economía ficción insoportable y en detrimento de seres humanos y Naturaleza. El orquestador y uno de los principales beneficiarios de esos 30 años, fue Carlos Salinas de Gortari y su séquito de colaboradores: un grupo de empresarios y políticos rapaces a los que atinadamente López Obrador ha llamado “La Mafia del Poder”. Resultando ahora, que desde el primero de julio han recibido un gran revés y, con el juicio del Chapo, las consecuencias sobre ellos serán atroces, ya que la justicia Norteamericana, les exigirá cuentas y eso pondrá en evidencia de ahora en adelante, a una serie de personajes de todos los niveles del Estado Mexicano, porque oiga usted, un negocio de 58 mil 500 millones de dólares anuales, por envenenar a la sociedad Norteamericana (dineros susceptibles de ser sometidos a lavado), según informó el año pasado el Grupo de Acción Financiera Internacional (Milenio-Reuters, 05/11/2017), es un monto de dinero muy fuerte, equivalente a la suma de todo lo exportado por la agricultura e industria maquiladora mexicana. O sea, desmantelar ese mega poder económico y correlato financiero del mismo del poder político que ya viene, implica, además de contar con una capacidad de movilización popular como quedó demostrado el primero de julio y en la reciente Consulta sobre el aeropuerto de Texcoco; se demanda ya, como dice el constitucionalista Diego Valdez, en la revista Proceso (de ésta semana), el lograr una transformación institucional para poder separar ese poder económico, de ese “Estado intangible” de dimensión trasnacional que formaron los Neoliberales en 30 años. No cabe duda, el juicio del Chapo, será de gran ayuda para seguir desgastando, desmantelando y después del primero de diciembre, mandando a la cárcel a quienes se despacharon en grande con los dineros y los Bienes de la Nación y, hasta intoxicaron al pueblo norteamericano. Definitivamente, la Cuarta Transformación, mucho le favorecerá el juicio al Chapo en Brooklyn, no se diga a Trump, electoralmente ¡Órale! raurubio@gmail.com
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