Al evento realizado en el hotel Cabo Villas en 2013, asistieron el alcalde de Los Cabos, José Antonio Agúndez Montaño; el delegado Martín Largada Ruiz, el tesorero del Ayuntamiento, Gerardo Manríquez Amador; y el presidente de la Asociación de Transportistas Turísticos de Los Cabos, Celestino Atienzo Beltrán. Ninguna autoridad reconoció a los presuntos delincuentes
Francisco Rafael Arellano Félix y José Rodrigo Aréchiga Gamboa “El Chino Ántrax”, estuvieron frente a frente el 16 de octubre de 2013 en el puerto de Cabo San Lucas.
Durante la ceremonia de presentación oficial de la pelea de box entre Omar Chávez y Joachim Alcine, celebrada en el hotel Cabo Villas de ese destino turístico, el integrante del Cártel Arellano Félix (CAF) y el joven operador del Cártel de Sinaloa, convivieron por más de una hora con pugilistas y personajes de la política local que no los reconocieron y, por ende, no denunciaron a los dos integrantes de las organizaciones criminales.
De acuerdo con un juego fotográfico en poder de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Baja California Sur, los principales personajes ahí presentes fueron:
* El ex campeón mundial Julio César Chávez.
* El boxeador Omar Chávez, el menor de la “Dinastía Chávez”.
* El pugilista canadiense Joachim Alcine.
* El alcalde de Los Cabos, José Antonio Agúndez Montaño.
* El delegado de Cabo San Lucas, Martín Largada Ruiz.
* El tesorero del Ayuntamiento de Los Cabos, Gerardo Manríquez Amador.
* El presidente de la Asociación de Transportistas Turísticos de Los Cabos, Celestino Atienzo Beltrán.
* El capo Francisco Rafael Arellano Félix “La Pancha”, asesinado el 18 de octubre de 2013 en un salón de fiestas de Cabo San Lucas.
* El brazo armado del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada, José Rodrigo Aréchiga Gamboa “El Chino Ántrax”, capturado el 31 de diciembre de 2013 por la Policía de Holanda, en el Aeropuerto Internacional de Ámsterdam.
Según el reporte de inteligencia, los capos estaban vestidos de la siguiente manera:
* “Pancho” Arellano llegó completamente de negro, con un reloj de oro del lado izquierdo y un anillo en el dedo meñique, una cadena de oro con un dije de motocicleta colgada en el cuello, gorra negra y lentes tipo Ray-Ban.
* “El Chino Ántrax” vestía pantalón rojo, tenis blancos, una gorra rosa y una playera blanca con la leyenda Team Chávez Jr México. Portaba un anillo en el dedo anular y lentes tipo Prada.
Ambos estuvieron hablando con el alcalde de Los Cabos, José Antonio Agúndez Montaño, y después se retiraron de la zona.
La mayoría de los testigos -según declaraciones que obran en el expediente CSL/027/HOM/2013-, “no aportaron nada relevante y solo referían que la persona que disparó en contra del capo, era un sujeto vestido de payaso”, a quien no pudieron observar bien porque iba disfrazado.
El propio titular de la PGJE, Gamill Arreola Leal, reconoció que “la resistencia de los testigos de colaborar y aportar más datos, quizá por miedo, evidentemente estancó la investigación”, al no tener “datos concretos sobre el presunto responsable del crimen”.
Inclusive la propia familia del capo “no colaboró, porque no dijo de quiénes sospechaba y por qué creían que había pasado, solo solicitó que el crimen fuera esclarecido”.
Lo más relevante fue el testimonio de Benjamín Alberto Arellano Barrionuevo, hijo de la víctima, quien expresó que ya sabían que eso iba a suceder tarde que temprano, porque su papá andaba como si nada por Los Cabos y no traía escoltas que resguardaran su seguridad.
Por lo anterior, la PGJE no tuvo más remedio que hacer una reconstrucción de hechos, lo que permitió descubrir la presencia del brazo armado de Ismael “El Mayo” Zambada, José Rodrigo Aréchiga Gamboa, cuando revisaban fotografías de la ceremonia de presentación del encuentro boxístico.
Uno de los investigadores reconoció a “El Chino Ántrax”; se hizo la comparación con otras gráficas, y efectivamente, apareció retratado con cuatro edecanes que ese día estuvieron presentes en el evento.
Las imágenes llegaron a la PGR, y posteriormente vino el trabajo de inteligencia, donde se descubrió que el pistolero había llegado como parte del equipo del boxeador Omar Chávez, procedente de Culiacán, Sinaloa.
Según el reporte, El criminal “saludó de mano a ‘Pancho’ Arellano, cuando el ex boxeador Julio César Chávez lo presentó a su hijo y su equipo; fue donde surgió la invitación a la celebración de su cumpleaños”.
Casualmente, “el día de la fiesta, ‘La Leyenda del Boxeo’ (Chávez padre) no fue, pero el boxeador Omar Chávez, sí estuvo presente, y cuando se despedía sobrevino el ataque armado en contra del capo (Arellano Félix)”.
Aunque el procurador Gamill Arreola expuso que “no han podido hasta ahorita ligarlo al crimen de Francisco Rafael Arellano Félix, como autor intelectual o material”, agentes investigadores de la PGJE tienen la sospecha que “El Chino Ántrax” está detrás del crimen del capo, por los antecedentes de rivalidades entre “El Mayo” y los Arellano Félix.
En la hipótesis, Ismael “El Mayo” Zambada ya había ubicado a Arellano y envió a su mejor hombre infiltrado en el equipo de Omar Chávez, y al tener conocimiento de la fiesta, preparó el ataque y actuó.
Obviamente, no actuó solo, porque Aréchiga ya había vivido entre 2011 y 2012 en Los Cabos, donde reclutó al brazo armado de “El Mayo”, teniendo a su disposición a dos pistoleros identificados como “El R1” y “El R13”.
Actualmente, a raíz del hallazgo de la posible participación de “El Chino Ántrax” en el crimen de Arellano, la PGJE elabora un estudio antropométrico para determinar si el sicario vestido de payaso tiene la complexión, estatura, tipo de piel y edad del brazo armado de Ismael “El Mayo” Zambada.
Asimismo, envió un exhorto a las procuradurías de Coahuila y Sinaloa, a fin de que el ex futbolista Jared Borgetti y el boxeador Omar Chávez, rindan y amplíen su declaración.
En una investigación alterna, la PGJE investiga la desaparición de Gustavo Antonio Maciel Reyes y Gustavo Maciel Villarreal, de 32 y 62 años de edad, respectivamente, en el destino de playa de Los Cabos. Ambos fueron vistos por última vez -según la ficha de desaparición emitida por la Dirección General de Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad de la PGR- el primero de marzo de 2013.
La persona que presentó la denuncia fue la hermana e hija de los desaparecidos, y de acuerdo con el expediente, Gustavo Antonio “había salido de Cancún, Quintana Roo, porque había conseguido trabajo en Los Cabos, e iba a reunirse con un directivo de la discoteca Mándala en Cabo San Lucas”.
A raíz de la desaparición, según el titular de la PGJE, Gamill Arreola Leal, “hemos tenido reuniones entre PGJE, PGR y familiares de los desaparecidos en México, donde informamos de las diligencias que se han hecho y el avance que presentamos, aunque todavía no tenemos resultados”.
No obstante, en base a datos recabados por ZETA, el más joven de los desaparecidos, es nada menos que, quien en su momento, fue líder del Cártel de Los Zetas en Quintana Roo.
Gustavo Antonio Maciel Reyes o José Fernández de Lara “El Pelón”, era considerado principal cabecilla de esa organización criminal. De acuerdo con la PGJE, salió huyendo de ese estado y había llegado a Los Cabos, con la intención de esconderse o iniciar operaciones en este destino de playa.
Sin embargo, pareciera que la tierra se lo tragó junto con su papá. El expediente indica que el ex jefe criminal era el encargado de organizar secuestros, narcotráfico, trata de blancas y otros delitos.
En la ficha criminal elaborada por la PGR, destaca que “El Pelón” fue detenido el 26 de septiembre de 2012, en un operativo de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde fueron incautadas más de diez armas largas, más de un millón de pesos en efectivo, vehículos blindados y una lista de narco nómina.
En el operativo de su detención, también cayó el cerebro financiero de Los Zetas en esa región, Jorge Alberto Contreras Hernández “El Gordo”, responsable de pagar a todas las autoridades involucradas en la red criminal.
La especialidad de “El Pelón” era extorsionar a centros nocturnos, restaurantes, casinos, centros de masajes y empresarios del ramo hotelero.
De acuerdo al expediente de la PGR, Gustavo Alonso Maciel Reyes ordenó incendiar, el 31 de agosto de 2010, el bar Castillo del Mar de Cancún, Quintana Roo, donde ocho personas murieron calcinadas. Fue detenido, pero se le liberó de inmediato, por órdenes de la directora de Averiguaciones Previas de la PGJE, Verónica Acacio Trujillo.
Las sospechas de la desaparición -según uno de los investigadores consultados por ZETA- “recaen sobre el Cártel de Sinaloa, porque desde que iniciaron operaciones, en 2011, no permiten el ingreso del Cártel de Los Zetas al estado”,, lo cual quedó grabado en un audio publicado justamente en la edición anterior de este Semanario (2076), atribuido a “El R1”.
Francisco Rafael Arellano Félix y José Rodrigo Aréchiga Gamboa “El Chino Ántrax”, estuvieron frente a frente el 16 de octubre de 2013 en el puerto de Cabo San Lucas.
Durante la ceremonia de presentación oficial de la pelea de box entre Omar Chávez y Joachim Alcine, celebrada en el hotel Cabo Villas de ese destino turístico, el integrante del Cártel Arellano Félix (CAF) y el joven operador del Cártel de Sinaloa, convivieron por más de una hora con pugilistas y personajes de la política local que no los reconocieron y, por ende, no denunciaron a los dos integrantes de las organizaciones criminales.
De acuerdo con un juego fotográfico en poder de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Baja California Sur, los principales personajes ahí presentes fueron:
* El ex campeón mundial Julio César Chávez.
* El boxeador Omar Chávez, el menor de la “Dinastía Chávez”.
* El pugilista canadiense Joachim Alcine.
* El alcalde de Los Cabos, José Antonio Agúndez Montaño.
* El delegado de Cabo San Lucas, Martín Largada Ruiz.
* El tesorero del Ayuntamiento de Los Cabos, Gerardo Manríquez Amador.
* El presidente de la Asociación de Transportistas Turísticos de Los Cabos, Celestino Atienzo Beltrán.
* El capo Francisco Rafael Arellano Félix “La Pancha”, asesinado el 18 de octubre de 2013 en un salón de fiestas de Cabo San Lucas.
* El brazo armado del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada, José Rodrigo Aréchiga Gamboa “El Chino Ántrax”, capturado el 31 de diciembre de 2013 por la Policía de Holanda, en el Aeropuerto Internacional de Ámsterdam.
Lo anterior se desprende de un reporte de inteligencia de la PGR, el cual detalla que “ese día (los delincuentes) estuvieron en la presentación de la pelea y firma de autógrafos, y posteriormente, en la ceremonia de pesaje de los boxeadores en Playa Pelícanos”.
Los peleadores “fueron transportados a bordo del barco Sun Rider, acompañados por sus respectivos equipos, estuvieron presentes en la ceremonia de pesaje, y luego, fueron llevados a un paseo por la bahía de Cabo San Lucas”.Según el reporte de inteligencia, los capos estaban vestidos de la siguiente manera:
* “Pancho” Arellano llegó completamente de negro, con un reloj de oro del lado izquierdo y un anillo en el dedo meñique, una cadena de oro con un dije de motocicleta colgada en el cuello, gorra negra y lentes tipo Ray-Ban.
* “El Chino Ántrax” vestía pantalón rojo, tenis blancos, una gorra rosa y una playera blanca con la leyenda Team Chávez Jr México. Portaba un anillo en el dedo anular y lentes tipo Prada.
Ambos estuvieron hablando con el alcalde de Los Cabos, José Antonio Agúndez Montaño, y después se retiraron de la zona.
La investigación
A poco más de tres meses de la ejecución de “La Pancha”, la investigación de la PGJE se había centrado en la declaración de testigos, recolección de datos y obtención de textos y llamadas telefónicas que salieron de la antena de telefonía celular más cercana al salón de fiestas Ocean House, localizado en el corredor turístico de San José del Cabo a Cabo San Lucas, cuando el capo celebraba su cumpleaños número 63 en compañía de su esposa, familiares y amigos.La mayoría de los testigos -según declaraciones que obran en el expediente CSL/027/HOM/2013-, “no aportaron nada relevante y solo referían que la persona que disparó en contra del capo, era un sujeto vestido de payaso”, a quien no pudieron observar bien porque iba disfrazado.
El propio titular de la PGJE, Gamill Arreola Leal, reconoció que “la resistencia de los testigos de colaborar y aportar más datos, quizá por miedo, evidentemente estancó la investigación”, al no tener “datos concretos sobre el presunto responsable del crimen”.
Inclusive la propia familia del capo “no colaboró, porque no dijo de quiénes sospechaba y por qué creían que había pasado, solo solicitó que el crimen fuera esclarecido”.
Lo más relevante fue el testimonio de Benjamín Alberto Arellano Barrionuevo, hijo de la víctima, quien expresó que ya sabían que eso iba a suceder tarde que temprano, porque su papá andaba como si nada por Los Cabos y no traía escoltas que resguardaran su seguridad.
Por lo anterior, la PGJE no tuvo más remedio que hacer una reconstrucción de hechos, lo que permitió descubrir la presencia del brazo armado de Ismael “El Mayo” Zambada, José Rodrigo Aréchiga Gamboa, cuando revisaban fotografías de la ceremonia de presentación del encuentro boxístico.
Uno de los investigadores reconoció a “El Chino Ántrax”; se hizo la comparación con otras gráficas, y efectivamente, apareció retratado con cuatro edecanes que ese día estuvieron presentes en el evento.
Las imágenes llegaron a la PGR, y posteriormente vino el trabajo de inteligencia, donde se descubrió que el pistolero había llegado como parte del equipo del boxeador Omar Chávez, procedente de Culiacán, Sinaloa.
Según el reporte, El criminal “saludó de mano a ‘Pancho’ Arellano, cuando el ex boxeador Julio César Chávez lo presentó a su hijo y su equipo; fue donde surgió la invitación a la celebración de su cumpleaños”.
Casualmente, “el día de la fiesta, ‘La Leyenda del Boxeo’ (Chávez padre) no fue, pero el boxeador Omar Chávez, sí estuvo presente, y cuando se despedía sobrevino el ataque armado en contra del capo (Arellano Félix)”.
Aunque el procurador Gamill Arreola expuso que “no han podido hasta ahorita ligarlo al crimen de Francisco Rafael Arellano Félix, como autor intelectual o material”, agentes investigadores de la PGJE tienen la sospecha que “El Chino Ántrax” está detrás del crimen del capo, por los antecedentes de rivalidades entre “El Mayo” y los Arellano Félix.
En la hipótesis, Ismael “El Mayo” Zambada ya había ubicado a Arellano y envió a su mejor hombre infiltrado en el equipo de Omar Chávez, y al tener conocimiento de la fiesta, preparó el ataque y actuó.
Obviamente, no actuó solo, porque Aréchiga ya había vivido entre 2011 y 2012 en Los Cabos, donde reclutó al brazo armado de “El Mayo”, teniendo a su disposición a dos pistoleros identificados como “El R1” y “El R13”.
Actualmente, a raíz del hallazgo de la posible participación de “El Chino Ántrax” en el crimen de Arellano, la PGJE elabora un estudio antropométrico para determinar si el sicario vestido de payaso tiene la complexión, estatura, tipo de piel y edad del brazo armado de Ismael “El Mayo” Zambada.
Asimismo, envió un exhorto a las procuradurías de Coahuila y Sinaloa, a fin de que el ex futbolista Jared Borgetti y el boxeador Omar Chávez, rindan y amplíen su declaración.
Los Zetas
En una investigación alterna, la PGJE investiga la desaparición de Gustavo Antonio Maciel Reyes y Gustavo Maciel Villarreal, de 32 y 62 años de edad, respectivamente, en el destino de playa de Los Cabos. Ambos fueron vistos por última vez -según la ficha de desaparición emitida por la Dirección General de Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad de la PGR- el primero de marzo de 2013.
La persona que presentó la denuncia fue la hermana e hija de los desaparecidos, y de acuerdo con el expediente, Gustavo Antonio “había salido de Cancún, Quintana Roo, porque había conseguido trabajo en Los Cabos, e iba a reunirse con un directivo de la discoteca Mándala en Cabo San Lucas”.
A raíz de la desaparición, según el titular de la PGJE, Gamill Arreola Leal, “hemos tenido reuniones entre PGJE, PGR y familiares de los desaparecidos en México, donde informamos de las diligencias que se han hecho y el avance que presentamos, aunque todavía no tenemos resultados”.
No obstante, en base a datos recabados por ZETA, el más joven de los desaparecidos, es nada menos que, quien en su momento, fue líder del Cártel de Los Zetas en Quintana Roo.
Gustavo Antonio Maciel Reyes o José Fernández de Lara “El Pelón”, era considerado principal cabecilla de esa organización criminal. De acuerdo con la PGJE, salió huyendo de ese estado y había llegado a Los Cabos, con la intención de esconderse o iniciar operaciones en este destino de playa.
Sin embargo, pareciera que la tierra se lo tragó junto con su papá. El expediente indica que el ex jefe criminal era el encargado de organizar secuestros, narcotráfico, trata de blancas y otros delitos.
En la ficha criminal elaborada por la PGR, destaca que “El Pelón” fue detenido el 26 de septiembre de 2012, en un operativo de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde fueron incautadas más de diez armas largas, más de un millón de pesos en efectivo, vehículos blindados y una lista de narco nómina.
En el operativo de su detención, también cayó el cerebro financiero de Los Zetas en esa región, Jorge Alberto Contreras Hernández “El Gordo”, responsable de pagar a todas las autoridades involucradas en la red criminal.
La especialidad de “El Pelón” era extorsionar a centros nocturnos, restaurantes, casinos, centros de masajes y empresarios del ramo hotelero.
De acuerdo al expediente de la PGR, Gustavo Alonso Maciel Reyes ordenó incendiar, el 31 de agosto de 2010, el bar Castillo del Mar de Cancún, Quintana Roo, donde ocho personas murieron calcinadas. Fue detenido, pero se le liberó de inmediato, por órdenes de la directora de Averiguaciones Previas de la PGJE, Verónica Acacio Trujillo.
Las sospechas de la desaparición -según uno de los investigadores consultados por ZETA- “recaen sobre el Cártel de Sinaloa, porque desde que iniciaron operaciones, en 2011, no permiten el ingreso del Cártel de Los Zetas al estado”,, lo cual quedó grabado en un audio publicado justamente en la edición anterior de este Semanario (2076), atribuido a “El R1”.