*Jorge Herrera abandonó a su esposa encima del estrado, él huyó
Juan Monrreal López
Junio 30 del 2010
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Gómez palacio, Durango.- Diez minutos de intenso terror vivieron los asistentes al cierre de campaña de los candidatos priistas a la gubernatura y la presidencia municipal, Jorge Herrera Caldera y Rocío Rebollo Mendoza, justo cuando Herrera Caldera, decía, “por último”, después de 17 y medio minutos de un discurso soporífero.
La palabra, “por último”, pronunciada por Herrera Caldera, poco después de las 8 de la noche, pareciera una señal; en ese preciso momento, a espaldas del templete se desató el bamboleo de la muchedumbre producto de una escaramuza.
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Gómez palacio, Durango.- Diez minutos de intenso terror vivieron los asistentes al cierre de campaña de los candidatos priistas a la gubernatura y la presidencia municipal, Jorge Herrera Caldera y Rocío Rebollo Mendoza, justo cuando Herrera Caldera, decía, “por último”, después de 17 y medio minutos de un discurso soporífero.
La palabra, “por último”, pronunciada por Herrera Caldera, poco después de las 8 de la noche, pareciera una señal; en ese preciso momento, a espaldas del templete se desató el bamboleo de la muchedumbre producto de una escaramuza.
El desconcierto se empezó a reflejar en los rostros de la gente, hastiada por la violencia que azota a Gómez Palacio; la ciudad más violenta del estado, la quinta más peligrosa de México.
Herrera Caldera, prosiguió presentando a los candidatos del PRI, sin dejar guardadas sus pueriles bromas de mal gusto al dirigirse a los acarreados, “ir a votar este 4 de julio, que nadie absolutamente nadie se quede sin emitir su voto, habremos de juntar a nuestros vecinos, habremos de juntar a nuestra familia, habremos ahorita a reconciliarnos con todos, hasta con nuestras queridas suegras, vamos a sumarlas a este proyecto y vamos a que voten este 4 de julio”. Luego siguió presentando a los candidatos: Alfredo Ordaz, Dagoberto Limones, Sergio Uribe, (Juana Leticia) Lety Herrera; hasta llegar a Rocío Rebollo Mendoza, candidata a la presidencia municipal.
En ese instante, el terror se apoderó de los asistentes.
Habían transcurrido 2 minutos y medio en los que aparentemente se había controlado la primera refriega, cuando nuevamente una ola humana despavorida, corría de poniente a oriente, justo atrás del estrado, mientras gritaban, ¡ahí vienen!, ¡ahí vienen!, ¡ahí vienen! Refiriéndose a supuestos sicarios que habrían llegado al evento.
Con mujeres desmayadas, candidatos y diputados saltando desde el estrado. La diputada local y aspirante a regidora, Marina Vitela, estuvo a punto de caer de cabeza sobre uno de los controles maestros del sonido cuando se desplomó desde el templete; el diputado local, Ulises Adame de León, cayéndose desde el 1.70 metros del estrado con las piernas dobladas; el diputado federal, Samuel Aguilar Solís, bajando con los ojos desorbitados; el séquito herrerista atropellándose en la disfuncional escalera pegada a la plataforma; Jorge Herrera Caldera, huyendo; abandonando a su familia en el estrado; sólo la candidata a la presidencia municipal, Rocío Rebollo, tomando el micrófono pidió calma, “no pasa nada por favor tranquilícense, no pasa nada, tranquilos por favor, no pasa nada”, pero la multitud enloquecida siguió atropellándose en feroz estampida.
Luego vino un minuto de atroz silencio sobre el estrado. Hasta que la voz del maestro de ceremonias dijo, “que nadie se mueva, nadie se mueva, nadie por favor se mueva”, luego, otra vez el silencio, mientras una mujer pregunta a la nada a un lado de este reportero ¿Dónde está Lulú?
Vente, le dice una mujer a otra de las asistentes, gritan y salen corriendo rumbo a las últimas paredes que quedan en pie de lo que fue la antigua Jabonera La Esperanza.
Los ayees llenan el ambiente. Empujones, mujeres y niños caídos. Señoras colapsadas en crisis nerviosa. Un periodista dice que Marina Vitela, se encuentra semi inconsciente.
Los guardias de Herrera Caldera, no saben qué hacer. Se amontonan a un lado de la escalerilla.
Samuel Aguilar, permanece lejos de la tarima, con los ojos descomunales, totalmente enrojecidos, preguntando ¿qué pasa? a un periodista.
Arriba el maestro de ceremonias grita, “pérense, pérense, no está pasando nada, no está pasando nada, por favor, no está pasando nada”.
Otra vez silencio y desconcierto de los acarreadores del PRI.
El barullo de la confusión es total, a espaldas y al lado poniente de la tribuna.
Los candidatos que huyeron del estrado, siguen aterrados.
Señoras lloran. Algunas edecanes del PRI tratan de calmar las personas. Los escoltas de Herrera Caldera, siguen amontonados en la escalera del templete.
Entonces se vuelve a escuchar la voz de Rocío Rebollo:
“Por favor, tranquilidad por favor, aquí está mi hijo, están los hijos del candidato a gobernador, de veras se los digo; por favor, tranquilidad por favor. No vamos a terminar una gran fiesta. Sólo se desmayó una señora, ahorita la Cruz Roja, se la va a llevar”.
Pero la tranquilidad ya no volvió.
Entonces los organizadores priistas tuvierno que ceder al pavor que seguía reinando entre los asitentes que quedaban.
“Queremos despedirnos todos con un gran aplauso; que este 4 de julio nadie nos va a vencer, vámonos a ganar”.
Y la “gran fiesta” priista se terminó con la rifa de pantallas de plasma y dijeron que hasta una casa.
El presidente de la Gran Comisión de Congreso de Durango, Jorge Herrera Delgado, salió pies en polvorosa. Ulises Adame, comenta a Demócrata Norte de México, que se asustó. Samuel Aguilar Solís, nunca más regresó al templete. A Marina Vitela, ya no se le vio.
Gente del Comité Ejecutivo Nacional del partido Convergencia por la Democracia, dijeron a este medio que el 29 de junio, hubo cuando menos 50 incidentes de este tipo en todo el país.
El parte de la Cruz Roja, reportó 20 personas contundidas.
jmonrreall@yahoo.com
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