Tiovivo
“Respeta nuestro voto, Ismael no seas joto”
Marcha de 32 mil duranguenses por la defensa del voto, 8 de julio en Durango
Juan Monrreal López
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Julio 15 del 2010
Poco a poco, las pruebas del gran fraude electoral del 4 de julio en contra de la coalición “Durango, nos Une”, concebida por Ismael Hernández Deras, desde el Palacio de Zambrano, van apareciendo.
Como no fueron suficientes las campañas de miedo y de zozobra que desataron en los medios, por la asesora electoral ismaelista, Gisela Rubach; terminaron con los procedimientos más arcaicos y burdos de la historia electiva de México:
Funcionarios priistas controlando los órganos electorales del estado y municipios. Compra de representantes en las casillas. Compra de votos. Amenazas a los ciudadanos. Robo de urnas, hasta llegar a las balaceras; el secuestro de los delegados en las casillas de votación; y la brutal burla del poder ciudadanos; rapacería contra los votos favorables a la coalición “Durango, nos Une”, tal como lo mostraron las bolsas de plástico donde se embutieron las papeletas contrarias al PRI que siguen apareciendo en Gómez Palacio.
También con la intención de desalentar a los ciudadanos duranguenses, Gisela Rubach, maquiló encuestas donde registraba ventajas de hasta 30 puntos a favor de los priistas, intentando desalentar el sufragio opositor, táctica que no resultó.
Además,- algunos priistas que colaboraron con la Rubach, expresaron a Demócrata Norte de México, -, diseñó estrategias de zozobra.
Por ejemplo; romper la propia propaganda del PRI, buscando formarles a los candidatos de la coalición, “Durango, nos Une”, una imagen de violentos,-una especie de “son un peligro” para Durango-, a la vez que fue posicionando la idea de una jornada electoral violenta, como sucedió.
En la historia de Durango, nunca se había llegado a tanto desde el poder en los procesos electorales.
En esa fecha, dos personas fueron asesinadas, una vez que un comando armado secuestró a 150 funcionarios de las 19 casillas de votación ubicadas en la colonia Hamburgo, de donde robaron las boletas electorales a favor de la coalición “Durango, nos Une”.
Según dijeron los vecinos, los muertos cayeron cuando el comando armado huía.
En la ciudad de Durango, otro grupo armado robó urnas en casillas ubicadas sobre la calle Urrea.
Acorralado por el repudio ciudadano, Ismael Hernández, trajo de Sinaloa a Gisela Rubach, junto con un equipo de desestabilizadores electorales, entre éstos, Héctor Hammeken Barreto, quien previamente se había encontrado con Hernández Deras, a finales de noviembre del 2009, en la reunión del XVIII Encuentro nacional de los legisladores locales priistas.
Hammeken Barreto, se instaló en Gómez Palacio.
Para operar, le rentaron una casa en la colonia el Campestre, al igual que a Gisela Rubach.
Además les entregaron vehículos con permisos de la ciudad, al margen de que Hammeken, trajo consigo un auto Honda Civic, color cobre, con placas del Distrito Federal.
Héctor Hammeken, al igual que la Rubach, trataban directamente con el alcalde con licencia y diputado federal, Ricardo Rebollo Mendoza, pero también con su hermana Rocío; a la postre la poseedora de la constancia de alcaldesa que el IEPEC municipal le entregó.
Hammeken Barreto, se retiró de Gómez Palacio, el martes 13 de julio, sonriente.
Ese día por la mañana, se despidió de algunos priistas en el restaurante Martin´s, dejando tras de sí, un estado en colapso social, aunque dijo a los tricolores que estaban en el comedor, que se sentía satisfecho por el trabajo realizado.
Pero eso no fue todo. El aparato policial fue movilizado para intimidar.
Por su parte, los medios regionales pactaron sumas millonarias con los aspirantes priistas, de manera que de acuerdo a la estrategia desestabilizadora de la Rubach, se cerraban las pinzas para ganar el proceso sin problemas, “de carro completo”, según expuso el diputado por constancia del IEPEC, Sergio Uribe Rodríguez, al igual que el delegado del PRI en Gómez Palacio, Hiram Morales Sánchez.
Pero las cosas no salieron como pensaban.
La ola de repudio ciudadano al gobierno de Ismael Hernández Deras, quien dejará un estado con más pobreza, mayor desempleo, una deuda de alrededor de 8 mil millones de pesos, pero también un estado lleno de horror, donde la delincuencia organizada ha hecho de Durango el tercer estado más violento del país y transformado a Gómez Palacio, -la ciudad más industrial de Durango-, en la quinta urbe más violenta del país.
En contraste, Hernández Deras, se ha convertido en el hombre más rico del estado, una entidad de donde la gente huye porque el desempleo y la violencia tienen carta de naturalización, desde que él asumió el poder gubernamental.
Pero el domingo 4 de julio, la acción ciudadana, harta del saqueo que Ismael Hernández y sus candidatos, votaron en contra de ellos.
Desde ese día, la violencia contra los opositores se desató.
El 7 de julio, en la ciudad de Durango, 21 perredistas fueron detenidos con las acusaciones de robo de urnas, posesión de 4 armas largas, pasamontañas, volantes de campaña electoral y fotografías donde acompañan al candidato de la coalición “Durango, nos Une” José Rosas Aispuro, y su esposa, según afirmó el procurador de Justicia del estado, Daniel García Leal.
Después se demostraría que todas las supuestas evidencias fueron “sembradas” por las fuerzas del estado.
Pero la ola de intimidación sigue.
Personas cercanas a los dirigentes de la coalición han sido asesinadas en estos días.
El día 13 de julio, el médico Abelardo Burciaga Alvarado, parte de la plantilla médica del AMMCI, que dirige José Ramón Enríquez, presidente de Convergencia por la democracia y miembro de “Durango, nos Une” fue liquidado mientras esperaba que un semáforo le diera el paso.
Pero eso no es todo.
El director de la revista Demócrata Norte de México, Juan Monrreal López, está siendo víctima de una campaña de difamación en la red, -obviamente con acusaciones falsas-, tal como lo dice el manual negro con el que dirigen el estado los ismaelistas.
Con notas que supuestamente publicaron diarios en contra de Monrreal López, los priistas pretenden amilanar al periodista, quien reiteradamente se negó formar parte del pull de informadores al servicio de Ismael Hernández, tanto como apoyar las campañas de los candidatos priistas a las alcaldías, a las diputaciones, incluso a Jorge Herrera Caldera, a quien el IEPEC le entregó la constancia de mayoría el día de hoy.
Este procedimiento de campaña negra, ya se siguió en contra del reportero Carlos Ortega Melo Samper, parte del Tiempo de Durango, quien luego de una campaña de difamación fue asesinado, el 3 de mayo del 2009, pese a que la Comisión de Derechos Humanos de Durango (CDHED), había emitido una recomendación favorable a Melo Samper, en contra de los policías de Santa María del Oro.
En el caso de Juan Monrreal, no sólo fue levantado el 15 de septiembre por dos supuestos policías de Gómez Palacio, que dijeron hacerlo por encargo del regidor priista Carlos Sonora Martínez, a consecuencia de “hablar mal del alcalde” sustituto Mario Calderón Cigarroa. Desde ese día, el periodista sólo ha encontrado líneas de complicidad en todos los órdenes de gobierno, quienes sin cumplir con la ley, no sólo han obstruido la aplicación de la legalidad, ahora también amenazan y han empezado una campaña negra en la red, tal como lo hicieron con Melo Samper, antes de asesinarlo; por cierto, crimen que sigue impune.
En 10 meses desde que Monrreal López, fue levantado; el presidente del Congreso Jorge Herrera Delgado, ocultó la denuncia que interpuso el periodista en contra del alcalde Mario Calderón Cigarroa; en contra del propio Herrera Delgado, por no cumplir con la Ley, pero además, solicitando se investigue a la CEDHD, que opera a favor de las administraciones priistas, violentando su propia Ley Orgánica.
Quiero dejar constancia que a raíz de seguir publicando las ilegalidades que se cometen por parte de Ismael Hernández; pero sobre todo, por cubrir el proceso de elecciones sin el libreto entregado por el gobierno del estado a la mayoría de los medios, es que las amenazas y propaganda negra en mi contra se ha desatado, por lo que de hago responsable a Ismael Hernández Deras, de cualquier agresión que pueda sufrir mi familia y mi persona.
También a Mario Calderón Cigarroa, en contra de quien interpuse en el Congreso estatal, la figura jurídica constitucional de la Acción Popular, dado el evidente saqueo que comete contra los recursos públicos municipales.
De la misma manera, en contra del diputado federal, Ricardo Rebollo Mendoza, de quien me dicen se “encabronó” por haberlo citado en un trabajo periodístico el día 11 del presente mes.
Ismael Hernández, fue capaz de tirar a la basura los votos de la voluntad popular, una vida para él, nada es.
Que haya constancia, pues.
jmonrreall@yahoo.com