“Basura floreada, mentira cochina, cochina saciada con paja muy fina, palabras, palabras, recuentos y cifras, discursos, programas, que gasta en saliva; a nosotros los parias, nos da mucha risa, ya vuestras patrañas de poca inventiva…”
Luís Eduardo Aute
Basura Floreada
Juan Monrreal López
Septiembre 25 2007
Ricardo Rebollo, populismo ramplón
Ricardo Rebollo Mendoza, sigue perdido en definir un concepto de administración, el cómo – y conste que no parafraseo su palabra inexistente de los 10 Cómos- poder empujar la ciudad a una dinámica de crecimiento distinta en todos los órdenes, según dijo en noviembre del año pasado, cuando envuelto en su ignorancia, bautizó a Gómez Palacio, como una ciudad gris.
Sin Plan de desarrollo municipal, - búsquelo en la página oficial del Ayuntamiento estimado lector, entonces verá que no existe-, Rebollo habla de todo como si supiera. Desgraciadamente, arranca pena ajena por su inopia, por su impericia; consiguiendo a lo sumo, confundir a los ciudadanos que esperan que cumpla sus inexactas promesas de 10, elaboradas en su etapa de proselitismo.
Ricardo Rebollo, bien puede jerigoncear de los puentes que se construirán sobre el bulevar Miguel Alemán, aunque no se tengan los soportes técnicos o los recursos económicos disponibles; pero también genera hilaridad, cuando habla de traer a la explanada de la presidencia municipal a Paquita la del Barrio, quien es especialista en “cultura”, como dijo en programa televisado el sábado 23 de septiembre.
Según se sabe, sus asesores de cabecera le han ordenado que entre más cortinas de humo cuelguen de su boca, más se notará su labor como alcalde, aunque los resultados no lleguen.
Lo cierto es que hasta ahora, sólo se ha dedicado a las demagógicas audiencias públicas para procurarse una imagen de que trabaja, de que atiende a la ciudadanía, cuando las tareas del ayuntamiento, aquellas que impactan más directamente la vida cotidiana de la gente, - por ejemplo, las promesas de agua y drenaje para todos-, siguen esperando propuestas de solución, o cuando menos, esperanzas de compostura.
¿Qué es más importante, los puentes, o introducir el drenaje en los 102 ejidos que existen en el municipio y representan junto con las colonias urbanas marginadas un elevado porcentaje de la población sin este servicio? Una ciudad de 10, no puede edificarse si mantiene a todas estas personas sin los prestaciones básicas del desarrollo, como el drenaje y el agua potable entubada, que por cierto, casi la mitad del medio rural carece del vital líquido.
Pero además de las anunciadas 3 mil audiencias concedidas, ¿cuántas peticiones se resolvieron ya?
Hace días un regidor confesó a Demócrata Norte de México, “¿qué puedo hacer yo, si este encargo de Ricardo es para conceder becas a estos jóvenes que quieren estudiar? Y por lo regular así son las peticiones. Por si fuera poco, “no hay un orden, ni jerarquización de las solicitudes de ayuda”, remató el afligido edil.
Lo peor de todo, es que Rebollo terminará por abandonar este tipo de atención ciudadana, más por cansancio y hartazgo, que por convencimiento de que los asuntos de una administración no se llevan así.
Obsesionado por engañar, Rebollo Mendoza, trabaja para los medios; anunciando obras de relumbrón, - los puentes sobre las vías férreas -, pero a la par, sigue buscando afanosamente periodistas en Torreón, que vengan a crearle un perfil con base en la propaganda, no por el trabajo de gestión municipal.
Sin saber como ser distinto, pero tampoco persiguiéndolo, Rebollo sigue acendrando el régimen del “porque puedo otorgo”, tal como denunciaron los trabajadores sindicalizados del Sistema de agua potable y alcantarillado del municipio (SIDEAPA), a quienes excluyeron de algunos trabajos de la red de agua para asignarlos a los cuates del alcalde y del director del sistema José Miguel Campillo Carrete, bajo el procedimiento de contratismo.
La política de Ricardo y sus amigos “es ahora o nunca”, según definió el regidor ya citado, “están duros, vienen jariosos; quieren reponerse pronto de los gastos de campaña” (sic).
Con bajos salarios, los trabajadores del SIDEAPA, exigieron a las puertas de la presidencia municipal la reasignación de las labores que les fueron retiradas, mismas que les generaban horas extras. Pero el contratismo de Ricardo Rebollo y Campillo Carrete, se las quitaron, lo que hizo que la primera manifestación de protesta llegara hasta la misma alcaldía.
Así que Rebollo junto con Campillo, tuvieron que recular para “partir el pastel” de los trabajos, entre el sindicato y los “cuates” de Rebollo; aquellos que cotizaron para juntar los 28 millones de pesos que Ricardo gastó en la campaña, según confesó un militante del PRI, convertido hoy en funcionario, “por eso, yo nunca seré presidente municipal, en donde junto toda esa lana”.
Lo cierto es que a la plana mayor ¿o inferior? de Ricardo Rebollo,- empezando por él -, se le ha ligado con el narcotráfico, delitos ambientales, espionaje político, violación de las leyes de la administración pública, entre otras lindezas, de manera que será difícil siquiera que cumpla con sus limitadas 10 propuestas con sus 10 Cómos(sic).
Eso se verá de principio al fin del trienio. Pero de antemano, al concluir el gobierno rebollista, encontraremos un Gómez Palacio, más empobrecido, más saqueado, aunque Rebollo, por ahora, diga lo contrario.
La ignorancia del alcalde, junto a su nula ética, son las madres de las nuevas desgracias de la ciudad. Al tiempo.
Basura Floreada
Juan Monrreal López
Septiembre 25 2007
Ricardo Rebollo, populismo ramplón
Ricardo Rebollo Mendoza, sigue perdido en definir un concepto de administración, el cómo – y conste que no parafraseo su palabra inexistente de los 10 Cómos- poder empujar la ciudad a una dinámica de crecimiento distinta en todos los órdenes, según dijo en noviembre del año pasado, cuando envuelto en su ignorancia, bautizó a Gómez Palacio, como una ciudad gris.
Sin Plan de desarrollo municipal, - búsquelo en la página oficial del Ayuntamiento estimado lector, entonces verá que no existe-, Rebollo habla de todo como si supiera. Desgraciadamente, arranca pena ajena por su inopia, por su impericia; consiguiendo a lo sumo, confundir a los ciudadanos que esperan que cumpla sus inexactas promesas de 10, elaboradas en su etapa de proselitismo.
Ricardo Rebollo, bien puede jerigoncear de los puentes que se construirán sobre el bulevar Miguel Alemán, aunque no se tengan los soportes técnicos o los recursos económicos disponibles; pero también genera hilaridad, cuando habla de traer a la explanada de la presidencia municipal a Paquita la del Barrio, quien es especialista en “cultura”, como dijo en programa televisado el sábado 23 de septiembre.
Según se sabe, sus asesores de cabecera le han ordenado que entre más cortinas de humo cuelguen de su boca, más se notará su labor como alcalde, aunque los resultados no lleguen.
Lo cierto es que hasta ahora, sólo se ha dedicado a las demagógicas audiencias públicas para procurarse una imagen de que trabaja, de que atiende a la ciudadanía, cuando las tareas del ayuntamiento, aquellas que impactan más directamente la vida cotidiana de la gente, - por ejemplo, las promesas de agua y drenaje para todos-, siguen esperando propuestas de solución, o cuando menos, esperanzas de compostura.
¿Qué es más importante, los puentes, o introducir el drenaje en los 102 ejidos que existen en el municipio y representan junto con las colonias urbanas marginadas un elevado porcentaje de la población sin este servicio? Una ciudad de 10, no puede edificarse si mantiene a todas estas personas sin los prestaciones básicas del desarrollo, como el drenaje y el agua potable entubada, que por cierto, casi la mitad del medio rural carece del vital líquido.
Pero además de las anunciadas 3 mil audiencias concedidas, ¿cuántas peticiones se resolvieron ya?
Hace días un regidor confesó a Demócrata Norte de México, “¿qué puedo hacer yo, si este encargo de Ricardo es para conceder becas a estos jóvenes que quieren estudiar? Y por lo regular así son las peticiones. Por si fuera poco, “no hay un orden, ni jerarquización de las solicitudes de ayuda”, remató el afligido edil.
Lo peor de todo, es que Rebollo terminará por abandonar este tipo de atención ciudadana, más por cansancio y hartazgo, que por convencimiento de que los asuntos de una administración no se llevan así.
Obsesionado por engañar, Rebollo Mendoza, trabaja para los medios; anunciando obras de relumbrón, - los puentes sobre las vías férreas -, pero a la par, sigue buscando afanosamente periodistas en Torreón, que vengan a crearle un perfil con base en la propaganda, no por el trabajo de gestión municipal.
Sin saber como ser distinto, pero tampoco persiguiéndolo, Rebollo sigue acendrando el régimen del “porque puedo otorgo”, tal como denunciaron los trabajadores sindicalizados del Sistema de agua potable y alcantarillado del municipio (SIDEAPA), a quienes excluyeron de algunos trabajos de la red de agua para asignarlos a los cuates del alcalde y del director del sistema José Miguel Campillo Carrete, bajo el procedimiento de contratismo.
La política de Ricardo y sus amigos “es ahora o nunca”, según definió el regidor ya citado, “están duros, vienen jariosos; quieren reponerse pronto de los gastos de campaña” (sic).
Con bajos salarios, los trabajadores del SIDEAPA, exigieron a las puertas de la presidencia municipal la reasignación de las labores que les fueron retiradas, mismas que les generaban horas extras. Pero el contratismo de Ricardo Rebollo y Campillo Carrete, se las quitaron, lo que hizo que la primera manifestación de protesta llegara hasta la misma alcaldía.
Así que Rebollo junto con Campillo, tuvieron que recular para “partir el pastel” de los trabajos, entre el sindicato y los “cuates” de Rebollo; aquellos que cotizaron para juntar los 28 millones de pesos que Ricardo gastó en la campaña, según confesó un militante del PRI, convertido hoy en funcionario, “por eso, yo nunca seré presidente municipal, en donde junto toda esa lana”.
Lo cierto es que a la plana mayor ¿o inferior? de Ricardo Rebollo,- empezando por él -, se le ha ligado con el narcotráfico, delitos ambientales, espionaje político, violación de las leyes de la administración pública, entre otras lindezas, de manera que será difícil siquiera que cumpla con sus limitadas 10 propuestas con sus 10 Cómos(sic).
Eso se verá de principio al fin del trienio. Pero de antemano, al concluir el gobierno rebollista, encontraremos un Gómez Palacio, más empobrecido, más saqueado, aunque Rebollo, por ahora, diga lo contrario.
La ignorancia del alcalde, junto a su nula ética, son las madres de las nuevas desgracias de la ciudad. Al tiempo.
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