RAÚL A. RUBIO CANO
Marzo 25 de 2019
Tienen que ser los niños los que salgan a la calle para decirle a los “grandotes” (plumas vendidas a la IP, funcionarios públicos ignorantes y rateros, desquiciados mentales y demás peligrosa fauna enemiga del medio ambiente), que ha llegado la hora de poner alto a la contaminación del aire que todos respiramos. Así lo hicieron miles de niños y sus padres bajo el lema “Yo respiro Monterrey” el pasado domingo 10 de marzo, esa concentración de infantes dio prueba del interés por salvar su vida y la de los demás, todo dentro del contexto mundial que empezó el 20 de agosto del 2018 en Suecia, donde la adolescente Greta Thunberg, y que, a pesar de su autismo, se lanzó contra su Parlamento para exigirles medidas contra el Cambio Climático. El movimiento ha crecido en Europa y alrededor del mundo y, ese ejemplo y la lacerante realidad de la contaminación del aire en San Pedro y demás área metropolitana, han llevado a organizaciones como Piensa Verde -donde Jahel Ceballos y Paty Pérez- han impulsado un conjunto de acciones en su comunidad para cuidados del medio ambiente. En estos pasados tres días, se recogió basura en la Presa de La Boca, el arroyo El Capitán y Barrio Antiguo, actos que ante la presión ciudadana y de medios, llevaron a la participación de alcaldes. En fin, es la acción ciudadana desde abajo y, por un mundo mejor para todos y la Madre Naturaleza, la que ya pone en “jaque mate” al Estado en sus tres niveles y cuestionando, que el ataque a la contaminación ambiental no sea un negocio, como los estudios del premio Nobel de química, Mario Molina, con un costo de 20 millones de pesos, para que no sepan por donde soplan los vientos y piensen que la contaminación se remite sólo a fuentes locales, cuando el problema también es geopolítico o, hasta compren equipos chatarra para medir la contaminación del aire. La Sociedad Civil avanza y también cuestiona a plumas desquiciadas e ignorantes del tema como Plácido Garza o, Luis Gerardo Treviño de Fortaleza Ciudadana (vaya a saber usted ¿Dónde está la fortaleza para sus declaraciones?); nos quieran vender (El Horizonte, 22 y 23 de Marzo, 2019), la idea de que el evento de Pa’l Norte, realizado en Parque Fundidora, es una buen acción económica que deja en tres días una derrama de 600 millones de pesos y 30 mil empleos, algo que los “ambientalistas de pacotilla” (o sea, los defensores de ese Parque y el medio ambiente) nunca podremos ofrecer. Basta sólo decirle a ese par de ilusos, que el ahorro en Salud de bajar 10 puntos a la contaminación metropolitana del aire, andaría en unos 5 mil millones de dólares anuales (Ver: Geología y Estado. Igor Ishi Rubio Cisneros, UANL, 2018. pp. 254). O sea, obtener 600 millones de pesos, con Pa’l Norte, favoreciendo a unos cuantos pillos, por destruir un pulmón urbano como es Parque Fundidora, pues de plano, baja el cero y no contiene ese “éxito económico”, con las acciones para la mejora ambiental del aire que se demanda en nuestra metrópoli ¡Órale! raurubio@gmail.com
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