Tyson envenena el aire con amoníaco y olores fétidos
Juan Monrreal López
27 de julio 2007
Gómez Palacio, Durango.- Más de 50 mil habitantes de 10 colonias del norte de esta ciudad, se mantienen en la zozobra, porque la empresa Tyson de México, sigue sin aplicar medidas correctivas a su proceso de sacrificio de pollos, procedimiento que envenena el entorno del rastro; aire y tierra.
Tyson es líder en la producción de pollo a nivel nacional. Genera 205 millones de kilogramos anuales. Sin controles estrictos, termina derivando a la atmósfera emanaciones pestilentes, incluso, fugas continuas de amoníaco.
El amoníaco es gas venenoso. Este año, han ocurrido tres derrames del gas, que obligaron a cercar la zona en cuando menos 200 metros a la redonda.
Los vecinos se quejan de que “el matadero no cuenta con una forma correcta de destripar los pollos. Por eso, envenenan el medio ambiente”.
Las repercusiones en la salud de los habitantes que viven junto a la procesadora, saltan a la vista: vómitos, irritación de vías respiratorias, inflamación y lloriqueo de ojos, así como pruritos en la garganta; son secuelas que revelan los malestares inmediatos a la inmunidad de los vecinos.
Sin embargo, el asunto es peor. Se desconoce el tipo de residuos expulsados a la atmósfera, por tanto, se ignoran los efectos que puedan tener a mediano plazo en la salud de las personas que a diario inhalan el aire envenenado.
La empresa produce sin más. Vive una especie de territorio autónomo. No exhibe a las autoridades federales o municipales, los análisis de los contaminantes emitidos al ecosistema, aseguran los vecinos.
Desde enero pasado, ciudadanos de las Colonias Hamburgo, Francisco Villa, Filadelfia, Rinconadas Hamburgo, Los Viñedos, vienen reclamando a las puertas de este rastro de plumíferos.
Las autoridades municipales no los han atendido. Tampoco las autoridades federales. Es más, PROFEPA ha escondido los análisis hechos.
Peor aun. El alcalde Octaviano Rendón Arce, así como la Subsecretaria de gobierno en la Laguna, Rocío Rebollo Mendoza, presionan para que los ciudadanos desistan de enfrentarse a quienes contaminan.
Ricardo Rebollo Mendoza, aspirante priísta a la alcaldía, se comprometió a concertar medidas precisas para enmendar la contaminación. Ya electo, alteró las protestas ciudadanas a un asunto “entre amigos”.
Sin querer obligarse, el 23 de julio dijo molesto, “tengo amigos como directivos (sic)… (en la compañía Tyson) aunque debemos aclarar que el Acuerdo por Hamburgo se hizo sin consensar (sic) con nosotros”.
El llamado Acuerdo de Hamburgo, consiste en disposiciones puntuales que los vecinos comenzaron a discutir con la empresa pretendiendo remediar la situación.
Días antes, el 18 de julio, los residentes del lugar llevaron su inconformidad al límite. Desesperados por las burlas de la empresa, bloquearon las puertas del matadero.
Remembraron que desde el 2 de julio, día en que ocurrieron los recientes escapes de amoníaco, Tyson de México, se comprometió a echar mano de medidas correctivas. Todo fue demagogia.
Una pequeña historia
Allá por el año de 1974, cuando la empresa “Trasgo” se construyó, estaba rodeada de terrenos labrantíos. Como consecuencia de la ubicación geográfica de la ciudad, ésta comenzó a crecer hacia el norte. De manera que los dueños de las parcelas de la pequeña propiedad Hamburgo, vieron más redituable fraccionar los terrenos agrícolas para que se levantaran viviendas.
Así, a finales de los ochentas, precisamente cuando gobernaba la ciudad José Rebollo Acosta,- por cierto, padre de Ricardo Rebollo Mendoza-, se permitió el cambio de uso de suelo, pese a conocerse los residuos provenientes del proceso del destazado de pollo. Por aquel entonces, la empresa “El Trasgo”, origen de Tyson de México, transformaba las aves. De manera que la mancha urbana comenzó a rodear el rastro de pollo, o como la empresa dice,” la productora de proteínas”.
Las consecuencias de hoy, son resultado de esos cambios de uso de suelo.
Mientras tanto, los tóxicos siguen en el aire
Tyson de México, es una empresa exitosa. Sus ventas han alcanzado 205 millones de kilogramos de pollo, con una producción anual de 2 millones 600 mil aves, sólo en nuestro país.
Tyson, es el mayor consorcio de cárnicos del mundo, con presencia en 80 naciones. La agrupación se encuentra entre las 500 empresas más ricas del orbe de acuerdo a la lista de Forbes.
Las ventas del consorcio promedian 26 mil millones de dólares por año, desde el 2004. Así dicen los estados financieros inscritos en su 2006 Financial Highlights. Tyson Foods, Inc.2006 Annual Reports.
Sin embargo, semejante al Dr Jekyll y Mr Hyde, al consorcio se le liga con actividades de corrupción de políticos y autoridades locales; entre ellos se encuentra Bill Clinton. Tyson patrocinó su arribo al Senado norteamericano. Después la gubernatura de Arkansas.
Cuando fue gobernador, dictó una serie de medidas administrativas que beneficiaron enormemente a esta sociedad cárnica.
Tyson no es empresa limpia. Se encuentra clasificada en el octavo lugar entre las empresas más contaminantes del orbe, pese a pertenecer al grupo de las 500 compañías más ricas de la tierra.
Por eso, no es de extrañar que aquí, la corrupción sea uno de los factores que permiten operar al consorcio con impunidad.
Ya algunos regidores, junto a ciudadanos participantes en el llamado “Acuerdo de Hamburgo”, denunciaron la intención de Tyson de México, de contener las protestas obsequiando pollos, dinero, y, hasta amenazas.
Los vecinos recuerdan que, “Tyson dio a Ricardo Rebollo más de 15 mil pollos que repartió en su campaña a la presidencia. De alguna manera debe agradecerles, ¿no?”.
Lo cierto es que la polución originada por Tyson de México, ha sido bandera de los últimos cuatro aspirantes priístas a la alcaldía, y ninguno dio solución al envenenamiento que asola estos asentamientos.
Habrá que esperar. Pero de que existe peligro, existe. Allí están los desalojos del 2 de julio, o los sectores habitacionales abandonados como consecuencia de la insoportable hediondez despedida por Tyson.
Consulta, www.democratanortedemexico.blogspot.com
Juan Monrreal López
27 de julio 2007
Gómez Palacio, Durango.- Más de 50 mil habitantes de 10 colonias del norte de esta ciudad, se mantienen en la zozobra, porque la empresa Tyson de México, sigue sin aplicar medidas correctivas a su proceso de sacrificio de pollos, procedimiento que envenena el entorno del rastro; aire y tierra.
Tyson es líder en la producción de pollo a nivel nacional. Genera 205 millones de kilogramos anuales. Sin controles estrictos, termina derivando a la atmósfera emanaciones pestilentes, incluso, fugas continuas de amoníaco.
El amoníaco es gas venenoso. Este año, han ocurrido tres derrames del gas, que obligaron a cercar la zona en cuando menos 200 metros a la redonda.
Los vecinos se quejan de que “el matadero no cuenta con una forma correcta de destripar los pollos. Por eso, envenenan el medio ambiente”.
Las repercusiones en la salud de los habitantes que viven junto a la procesadora, saltan a la vista: vómitos, irritación de vías respiratorias, inflamación y lloriqueo de ojos, así como pruritos en la garganta; son secuelas que revelan los malestares inmediatos a la inmunidad de los vecinos.
Sin embargo, el asunto es peor. Se desconoce el tipo de residuos expulsados a la atmósfera, por tanto, se ignoran los efectos que puedan tener a mediano plazo en la salud de las personas que a diario inhalan el aire envenenado.
La empresa produce sin más. Vive una especie de territorio autónomo. No exhibe a las autoridades federales o municipales, los análisis de los contaminantes emitidos al ecosistema, aseguran los vecinos.
Desde enero pasado, ciudadanos de las Colonias Hamburgo, Francisco Villa, Filadelfia, Rinconadas Hamburgo, Los Viñedos, vienen reclamando a las puertas de este rastro de plumíferos.
Las autoridades municipales no los han atendido. Tampoco las autoridades federales. Es más, PROFEPA ha escondido los análisis hechos.
Peor aun. El alcalde Octaviano Rendón Arce, así como la Subsecretaria de gobierno en la Laguna, Rocío Rebollo Mendoza, presionan para que los ciudadanos desistan de enfrentarse a quienes contaminan.
Ricardo Rebollo Mendoza, aspirante priísta a la alcaldía, se comprometió a concertar medidas precisas para enmendar la contaminación. Ya electo, alteró las protestas ciudadanas a un asunto “entre amigos”.
Sin querer obligarse, el 23 de julio dijo molesto, “tengo amigos como directivos (sic)… (en la compañía Tyson) aunque debemos aclarar que el Acuerdo por Hamburgo se hizo sin consensar (sic) con nosotros”.
El llamado Acuerdo de Hamburgo, consiste en disposiciones puntuales que los vecinos comenzaron a discutir con la empresa pretendiendo remediar la situación.
Días antes, el 18 de julio, los residentes del lugar llevaron su inconformidad al límite. Desesperados por las burlas de la empresa, bloquearon las puertas del matadero.
Remembraron que desde el 2 de julio, día en que ocurrieron los recientes escapes de amoníaco, Tyson de México, se comprometió a echar mano de medidas correctivas. Todo fue demagogia.
Una pequeña historia
Allá por el año de 1974, cuando la empresa “Trasgo” se construyó, estaba rodeada de terrenos labrantíos. Como consecuencia de la ubicación geográfica de la ciudad, ésta comenzó a crecer hacia el norte. De manera que los dueños de las parcelas de la pequeña propiedad Hamburgo, vieron más redituable fraccionar los terrenos agrícolas para que se levantaran viviendas.
Así, a finales de los ochentas, precisamente cuando gobernaba la ciudad José Rebollo Acosta,- por cierto, padre de Ricardo Rebollo Mendoza-, se permitió el cambio de uso de suelo, pese a conocerse los residuos provenientes del proceso del destazado de pollo. Por aquel entonces, la empresa “El Trasgo”, origen de Tyson de México, transformaba las aves. De manera que la mancha urbana comenzó a rodear el rastro de pollo, o como la empresa dice,” la productora de proteínas”.
Las consecuencias de hoy, son resultado de esos cambios de uso de suelo.
Mientras tanto, los tóxicos siguen en el aire
Tyson de México, es una empresa exitosa. Sus ventas han alcanzado 205 millones de kilogramos de pollo, con una producción anual de 2 millones 600 mil aves, sólo en nuestro país.
Tyson, es el mayor consorcio de cárnicos del mundo, con presencia en 80 naciones. La agrupación se encuentra entre las 500 empresas más ricas del orbe de acuerdo a la lista de Forbes.
Las ventas del consorcio promedian 26 mil millones de dólares por año, desde el 2004. Así dicen los estados financieros inscritos en su 2006 Financial Highlights. Tyson Foods, Inc.2006 Annual Reports.
Sin embargo, semejante al Dr Jekyll y Mr Hyde, al consorcio se le liga con actividades de corrupción de políticos y autoridades locales; entre ellos se encuentra Bill Clinton. Tyson patrocinó su arribo al Senado norteamericano. Después la gubernatura de Arkansas.
Cuando fue gobernador, dictó una serie de medidas administrativas que beneficiaron enormemente a esta sociedad cárnica.
Tyson no es empresa limpia. Se encuentra clasificada en el octavo lugar entre las empresas más contaminantes del orbe, pese a pertenecer al grupo de las 500 compañías más ricas de la tierra.
Por eso, no es de extrañar que aquí, la corrupción sea uno de los factores que permiten operar al consorcio con impunidad.
Ya algunos regidores, junto a ciudadanos participantes en el llamado “Acuerdo de Hamburgo”, denunciaron la intención de Tyson de México, de contener las protestas obsequiando pollos, dinero, y, hasta amenazas.
Los vecinos recuerdan que, “Tyson dio a Ricardo Rebollo más de 15 mil pollos que repartió en su campaña a la presidencia. De alguna manera debe agradecerles, ¿no?”.
Lo cierto es que la polución originada por Tyson de México, ha sido bandera de los últimos cuatro aspirantes priístas a la alcaldía, y ninguno dio solución al envenenamiento que asola estos asentamientos.
Habrá que esperar. Pero de que existe peligro, existe. Allí están los desalojos del 2 de julio, o los sectores habitacionales abandonados como consecuencia de la insoportable hediondez despedida por Tyson.
Consulta, www.democratanortedemexico.blogspot.com
1 comentario:
De manera que siguen siendo la misma bola de ratas que gobiernan y saquean al municipio. Que poca m...
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