Miércoles 8 de diciembre de 2021, p. 4
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó el hallazgo de dos vasijas, una completa y una fragmentada, así como un cajete trípode que datan del Posclásico Tardío maya (1200-1550) y que fueron reportadas el pasado 20 de noviembre por personal de la asociación civil Círculo Espeleológico del Mayab y del Proyecto Cenotes Urbanos de Playa del Carmen.
A raíz de la denuncia de la asociación civil, dedicada al registro y mapeo de las cuevas de esa región, notificando la presencia de bienes arqueológicos dentro de una oquedad natural de las inmediacio-nes del pueblo de Chemuyil, personal del INAH acudió a la cueva para el registro y resguardo de las piezas en el Museo Maya de Cancún.
El director del Centro INAH Quintana Roo, Margarito Molina Rendón, instruyó al arqueólogo Antonio Reyes Solís, jefe de Resguardo de Bienes Culturales del Centro INAH Quintana Roo, para efectuar la supervisión y el rescate de las piezas.
En un comunicado, Reyes Solís indica que los especialistas decidieron resguardar los elementos arqueológicos debido a la cercanía de la cueva con el camino de acceso al área urbana, y porque la oquedad natural presenta evidencia del ingreso de personas e incluso tenía basura en su interior. Por ello, no sólo seguiremos trabajando con el Proyecto de Cenotes Urbanos en la exploración y el mapeo de la caverna y sus galerías, sino también en su limpieza
.
Los objetos, hallados en la parte más intrincada de la cueva y de más difícil acceso, han sido fechados en el periodo Posclásico Tardío maya (1200-1550 dC) y corresponden a una vasija monocroma de tipo navulá burdo, la cual conserva una de dos asas y tiene una cavidad cóncava en su base, propia de su tipo cerámico, mientras la segunda pieza es una olla globular, que se halló fragmentada debido a que la raíz de uno de los árboles de la superficie la presionó contra las rocas, causando su rotura.
Ambas vasijas, señala Reyes, fueron colocadas sobre nichos naturales de la cueva, probablemente en sitios donde el agua escurría desde las estalactitas; incluso, el tercer elemento, un cajete trípode con soportes cónicos, estaba muy próximo a un cuerpo de agua que, se estima, tiene continuidad hacia la parte inferior de la caverna.
El cajete fue depositado boca abajo y cubierto con piedras, por lo cual es claro que se trata de una ofrenda, mientras las vasijas fueron usadas para la recolección ritual del agua prístina que bajaba de las estalactitas.
Luego de su embalaje, las piezas fueron trasladadas al Museo Maya de Cancún para su resguardo y limpieza manual en la bodega de colecciones del recinto; posteriormente pasarán al área de restauración para su mantenimiento y consolidación, junto con el contexto de donde proceden, se les dará de alta en los registros de sitios y de inventarios de bienes muebles del INAH.
El INAH y el Círculo Espeleológico del Mayab y del Proyecto Cenotes Urbanos de Playa del Carmen continuarán trabajando en la exploración e investigación de esta cueva, denominada CAPY por las iniciales de los nombres de los arqueólogos que acudieron a su registro inicial.
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