lunes, 25 de diciembre de 2006

La detención de los dirigentes de la APPO, signos funestos sobre México


El estado policíaco de Calderón; policías disfrazados de funcionarios civiles
Juan Monrreal López
Diciembre 6 de 2006
Torreón, Coahuila.-La detención del dirigente de la APPO Flavio Sosa Villavicencio en la ciudad de México, es anuncio, es advertencia para los dirigentes sociales; criticar a las autoridades o ejercer derechos constitucionales es peligroso en este país. Más grave aun, los conflictos sociales no se resolverán por las vías de la negociación, serán resueltos a palo y cárcel, como lo esta evidenciando el conflicto oaxaqueño.

Luego de casi seis meses de que se constituyera la APPO, Flavio Sosa, uno de los líderes más visibles del movimiento fue detenido después de haber efectuado el lunes 4 de diciembre una rueda de prensa en el Centro de Comunicación Social (CENCOS).

En el encuentro con los medios, los dirigentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) dijeron que se reunirían la mañana siguiente con el Secretario de gobernación Francisco Ramírez Acuña, con la intención de fijar la agenda y mesas de negociación buscando destrabar el conflicto en Oaxaca.

Apenas un día antes, el domingo 3 de diciembre, el pintor oaxaqueño Francisco Toledo había subrayado el inminente peligro de guerra civil que se vive en esa entidad. Señaló, que las autoridades federales no actúan en contra de quien consideran el máximo escollo para que la normalidad se restablezca en el estado sureño; Ulises Ruiz Ortiz.

Como repetición del episodio de la traición y asesinato de Emiliano Zapata, en la Hacienda de Chinameca, cuando concertó con Jesús María Guajardo encontrarse para pactar; la celada tendida por el gobierno federal en contra de los dirigentes de la APPO funcionó.

Lo mismo hizo Ernesto Zedillo cuando pidió al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sentarse a negociar, mientras simultáneamente liberaba las órdenes de captura contra los dirigentes de esa organización armada.

El prendimiento de Sosa Villavicencio revive estos episodios de felonía, pues habían acordado con el Secretario de gobernación, Francisco Ramírez Acuña entrevistarse en las oficinas de Bucareli para explorar salidas al conflicto en Oaxaca.

Este es el primer mensaje de dureza del gobierno calderonista aplicada en contra de dirigentes sociales, que tanto aplaudió la locutora de Televisa Diane Pérez en la transmisión oficial de la toma de protesta de Calderón.

Ahora con las detenciones de varios líderes oaxaqueños, entre los que se encuentran varios profesores de la Sección 22, las puertas de la negociación se encuentran a punto de rendija. Con los líderes de la APPO encarcelados, Ulises Ruiz protegido, un Felipe Calderón enceguecido ante el asunto oaxaqueño, las soluciones sólo caminan por el lado de someter a la APPO a las determinaciones que tomen el gobierno federal y el gobierno de Oaxaca.

En tan sólo 5 días del gobierno calderonico existen signos aciagos de lo que viene contra todo aquel que disienta.

Primero, Jorge Zermeño autorizó la exagerada presencia del ejército en el recinto legislativo de San Lázaro a través del Estado Mayor Presidencial (EMP).

Las calles aledañas a la Cámara de diputados fueron sitiadas por la PFP, - soldados con funciones civiles-.

Fox entregó la banda presidencial al ejército a través de un cadete la madrugada del 30 de noviembre.

El primero de diciembre, el operativo montado para que Calderón diera esa especie de golpe de estado en la tribuna parlamentaria, estuvo coordinado por el EMP, no por los legisladores. Por si fuera poco, los nombramientos del gabinete de Calderón tienen claro tinte policíaco.

La Secretaria de gobernación pasó a manos de Francisco Ramírez Acuña, ex gobernador de Jalisco amante del orden, onradez y ornato, según acuñó el caricaturista Palomo. Ramírez Acuña es hombre de visiones únicas, relacionado con la ultraderecha yunquista.

Luego Calderón nombró a Eduardo Medina Mora como titular de la PGR, pese a que sobre Medina Mora pesan sendas recomendaciones de la Comisión Nacional de los derechos Humanos (CNDH) por las tropelías cometidas desde la PFP contra los habitantes de Atenco, los trabajadores de la Siderúrgica las Truchas de la Sección 271 de mineros. Ahora mismo, esa misma policía ocupa la ciudad de Oaxaca.

Entonces Calderón designó a un policía político como Juan Molinar Horcasitas al frente del IMSS, aun cuando Molinar carece de total experiencia administrativa, además de desconocer el sector salud. Molinar ya amenazó en su toma de protesta que irá contra el Régimen de jubilaciones y pensiones del Sindicato Nacional del Seguro Social (SNTSS), una de las máximas conquistas laborales de este gremio.

Simultáneamente entregó el ISSSTE a Miguel Ángel Yunes, ex secretario de seguridad pública relacionado con casos de pederastia.

Todo en aras de “mandar” señales de estabilidad a nivel internacional que nos costarán a los mexicanos espacios de libertad, de ejercicio de nuestros derechos constitucionales.

Y mientras todos los que votaron por Calderón conservan expectativas de mejoría económica, ya se aumentaron los precios de combustibles, - oferta electoral de Calderón Hinojosa, de bajar el precio-, que trajeron incrementos en cascada sobre la canasta básica.

Por eso, por aquello de las dudas, el gabinete calderonista se previno, por si la gente se atreve a protestar. Los policías ya están esperando, sólo que disfrazados de funcionarios civiles.

Fox ya se fue, pero dejó las botas.

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