martes, 10 de diciembre de 2013

La ‘megadeuda’ no puede ser historia


Editorial Vanguardia

Por: Editorial Vanguardia

 
martes, 10 de diciembre del 2013
                                              
La historia, señala con sabiduría la voz popular, la escriben los vencedores.

Se trata de una advertencia importante cuyo propósito es llamar nuestra atención respecto de un hecho relevante: detrás de la “versión oficial” de la historia siempre existen individuos y grupos a los cuales conviene que todos creamos -y repitamos- que las cosas fueron de tal o cual manera.

¿Por qué les interesa que la historia se escriba de una forma y no de otra? La respuesta es simple: porque de esa forma es posible mantener en la oscuridad la parte sórdida del relato, los hechos inconfesables, los actos ilícitos de los cuales alguien se benefició.

Es el caso de Luis Robles Miaja, presidente del Consejo de Administración de BBVA Bancomer, quien nos ha convocado a considerar “historia” el agravio cometido en contra de la sociedad coahuilense mediante el endeudamiento ilegal que ha hipotecado el futuro de una generación completa.

“Yo quiero terminar diciendo: Eso es historia, vean el futuro. No lo digo porque haya que olvidar la historia, lo digo porque el futuro de este estado es un futuro muy promisorio”, señaló el ejecutivo bancario al ser cuestionado respecto de la posición de su banco en torno al escándalo generado por la megadeuda, una parte de la cual fue contratada con Bancomer.

La posición de Robles Miaja es, sin duda alguna, la de los vencedores que pretenden dictarle la historia a los habitantes del futuro, con la clara intención de que estos olviden lo ocurrido y, de paso, dejen de preguntar quiénes se beneficiaron con ello.

Claramente lo que el ejecutivo bancario pretende es que nos olvidemos que el banco al cual presta sus servicios fue uno de los “ganadores” con la traición de la cual fuimos objeto los coahuilenses al legalizarse un hecho delictivo por parte de la anterior Legislatura estatal.

En este contexto, a Bancomer le conviene, por supuesto, que los coahuilenses consideremos “historia” la megadeuda, que dejemos de volver la vista atrás, que nos olvidemos de todo lo que cotidianamente nos cuesta el atraco del cual, bancos como el encabezado por Robles Miaja, fueron no solamente beneficiarios sino muy probablemente cómplices.

Las palabras del ejecutivo bancario son, en ese sentido, un insulto para la sociedad coahuilense, un agravio más que se suma al que día a día sufrimos debido a la secuela dejada por la actividad de un grupo que actuó como pandilla en el propósito de administrar el erario coahuilense.

Luis Robles Miaja habla, por supuesto, desde la posición de ventaja que logró una banca voraz y sin escrúpulos que, primero, no tuvo empacho en prestar sin asegurarse que las transacciones fueran legales y, luego, sólo tuvo interés en “asegurar” lo suyo, hecho que logró gracias a la complacencia y complicidad del Poder Legislativo de Coahuila.

Un sólo error comete el ejecutivo bancario: creer que los coahuilenses le vamos a tomar la palabra. Para nosotros la megadeuda no es historia y no lo será hasta que en este asunto se haga justicia.
 

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